El Salón de Coronas del Palau Ducal acogió este lunes el debate entre los candidatos con representación institucional que concurren a las elecciones municipales del 26 de mayo organizado por Radio Gandia. Se esperaba un enfrentamiento directo entre Diana Morant (PSOE) y Víctor Soler (PP) con Pep Alandete (Compromís Més Gandia Unida -en adelante CMPG) y Pascal Renolt (Ciudadanos) como espectadores esquivos de lanzas. Y no fue así. Porque Morant antepuso el papel de Alcaldesa al de candidata, porque Soler antepuso el de Alcaldable al de líder de la oposición, porque Alandete apostó por la bajada de impuestos casi tanto como el candidato popular, y porque Renolt pese a su inexperiencia en el debate político logró hacerse un hueco.
“Avanzar o retroceder” con el bagaje de lo hecho esta legislatura, repitió Diana Morant a la vez que erigió la figura de Alfredo Pérez Rubalcaba como ejemplo de “convivencia y consensos”. A su izquierda, Pep Alandete, que ofreció a la ciudadanía la “alcaldía del cambio”. Soler, “político de vocación y formación”, llenó el debate de propuestas. Y Pascal, que tuvo que ser ‘amonestado’ por referirse a Morant como “señorita”, proyectó las bondades de un candidato «de la calle», autónomo, que pondrá sus ideas al servicio del próximo gobierno de la Ciudad Ducal.
Víctor Soler atacó con la subida de impuestos y la mejorable limpieza de la ciudad. Diana Morant se defendió con la quiebra encontrada en el Consistorio a su entrada y lo que se ha podido hacer. Pep Alandete puso el foco en Europa como vía de ayudas e inversión y en el Ayuntamiento de Valencia como ejemplo de buena gestión económica de ejecutivos liderados por Compromís. Pascal Renolt vendió la oportunidad de gandia.com como trampolín para el turismo y comercio, y cifró la deuda que ahora soporta un gandiense que nace hoy: 3.486 euros.
La noticia del debate la portó Diana Morant en forma de ley de la Generalitat y la respuesta a la poca inversión en la playa con una cifra, 75 millones de euros. El candidato del PP redobló su apuesta por la externalización del Teatro Serrano, la llegada de la Universidad Católica al antiguo edificio de Correos y la apertura de un Centro de Protección de Animales bajo la premisa de “sacrificio cero”. Alandete lanzó el aumento de un 30% de la bolsa de vivienda municipal, el “compromiso personal” de ofrecer una tarjeta de residente a los vecinos afectados por la zona azul y un hospital de crónicos. Renolt antepuso la renovación del Castillo de Bairén al teleférico e insistió en las propuestas referentes a la salud y el deporte.
Antes del minuto de oro llegó el tiempo de pactos. En unas elecciones que como en 2015 puede decidir un concejal los acuerdos postelectorales fueron la pulpa de la contienda. Morant preguntó a Soler si pactará con la ultraderecha, en referencia Vox, y Soler contestó que su pacto será “público y transparente”. Pep Alandete subrayó que el acuerdo está en el ADN de CMGU pero lo acotó a “las fuerzas de izquierdas”. El candidato de Ciudadanos se distanció de lo hecho y pactado por Ciro Palmer, puso un cordón sanitario a los lazos amarillos, evidenció su mejor sintonía con Víctor Soler y no cerró la puerta a los socialistas.
El 26 de mayo se sabrá quién ha ganado las elecciones y quién podrá gobernar. El 15 de junio quién, o quiénes, gobernarán los próximos cuatro años.