Una mujer joven, decidida e independiente. Lucía Borja es la única mujer de su familia que trabaja como óptica, aunque asegura que en su empresa el 90 % son mujeres. Un gran ejemplo de entrega y pasión por lo que hace, por seguir luchando en destacar dentro de su profesión y ofrecerle a sus clientes y pacientes la mejor de las experiencias.
Aunque la sociedad ha evolucionado, todavía sigue quedando gente insegura cuando es atendida por una mujer joven. Pero Lucía trabaja día a día con seguridad, ya que ella sabe que su experiencia y conocimientos son los mismos que los de sus compañeros.
- ¿De dónde viene su pasión por el mundo de la óptica?
He estudiado Óptica y Optometría y me he especializado en Terapia Visual, Optometría y Contactología Clínica. Mi pasión por este mundo viene por mi familia, ya que vengo de dos generaciones de ópticos.
Mi abuelo fue la persona que lo empezó todo y, a raíz de él, mi padre y tío se unieron al mundo de la óptica. Yo, al vivirlo tan de cerca siempre, decidí que quería estudiarlo también.
- Trabaja en una empresa familiar, Borja Ópticos. ¿Hay más mujeres de su familia que se dedican a ello?
Aunque actualmente soy la única mujer de mi familia que se dedica al mundo de la óptica, lo cierto es que este trabajo no es un trabajo “masculinizado”. Trabajamos tanto hombres como mujeres por igual.
Por ejemplo, en nuestra empresa el 90 % de las personas empleadas son mujeres. Muchas de mis compañeras llevan trabajando desde hace más de 25 años.
- Se encarga de encontrar buenas soluciones a los problemas visuales de sus pacientes…
Así es, en la óptica soy la encargada en realizar un buen examen visual. Como profesional sanitario debo de poder detectar tanto defectos refractivos como disoluciones binoculares, así como también adaptar lentes de contacto y lentes oftálmicas. Aunque estas son mis tareas principales, también colaboro en la gestión de las redes sociales y en el proceso de selección de las nuevas colecciones de gafas.
Lo que he de reconocer es que donde más disfruto es en las sesiones de Terapia Visual con mis pacientes. Me gusta muchos ver la mejora y el resultado final tras las sesiones realizadas con ellos. Lo que conseguimos en estas sesiones es la rehabilitación visual, a través de una serie de ejercicios y tratamientos intento potenciar la visión y corregir algunos trastornos visuales de los pacientes.
- ¿Qué destaca de su trabajo?
Para mí lo mejor de este trabajo es la relación con los compañeros. Además, nosotros siempre seguimos formándonos y trabajando para ofrecer un buen servicio personalizado y ayudar a la gente a conseguir una buena calidad visual y, para ello, para poder destacar, hay que ser experto en lo tuyo.
En los centros de Borja Ópticos nos adaptamos siempre a las diferentes necesidades, ayudas para pacientes de baja visión, lentes de contacto, terapia visual, servicio de audiología, gafas de todo tipo…
Creo que todos estos servicios y nuestra constante formación en todos los ámbitos del mundo de la Óptica nos hacen crecer y ser reconocidos por nuestros pacientes. Eso es lo que más destaco de mi trabajo y la empresa.
- ¿Ha encontrado alguna barrera que superar por ser mujer?
Por suerte he trabajado en diferentes establecimientos y siempre me he sentido bien valorada y respetada por parte de compañeros y superiores. Sí es cierto que, en alguna ocasión, he notado cierta inseguridad por parte de la persona a la que iba a graduar cuando me veían, por ser joven y mujer, pero yo he seguido haciendo mi trabajo y no le dado mayor importancia, no era mi problema.
Respecto a mi vida personal, me ha pasado algo similar. A lo mejor sí he tenido algún desencuentro en alguna conversación que me ha hecho sentir incomoda por temas que yo pensaba diferente respecto a otros en relación a la mujer. Pero también te digo, las cosas se hablan, cada uno tiene su opinión, y pienso que siempre se deben decir las cosas con respeto y educación y hay ciertos temas que en el siglo en el que estamos son de cajón.
