Noranta Arquitectes es un despacho de arquitectura, diseño e interiorismo formado por Joel Sarrió, Vicente Chuliá, Carla Perales y Hugo Reig. Jóvenes con muchas ganas de trabajar que, paso a paso, se están consolidando en el sector. Hablamos con ellos sobre su evolución y filosofía, la actualidad del sector y sus referentes de la arquitectura.
¿Cómo nace Noranta Arquitectes?
Noranta Arquitectes comienza cuando le propuse a Vicent compartir despacho y dar el salto a algo más profesional. Empezamos a trabajar y nos dimos cuenta de que íbamos compartiendo todos los proyectos. Luego, a medio camino Hugo entró a trabajar con él. En ese momento, nació el germen de lo que es ahora Noranta Arquitectes.
Más tarde, Carla quería hacer las prácticas y se vino con nosotros. Entonces, nos dimos cuenta de que era necesaria, de que conforme habíamos planteado la empresa, necesitábamos ser los cuatro. Y, por otro lado, para tener todas las figuras del proceso constructivo. De la parte de diseño, un arquitecto y una interiorista; y de la parte de dirección de obra, la parte técnica de un arquitecto técnico o un aparejador.
¿Cuáles fueron vuestros primeros proyectos?
Como referente del estudio, el proyecto de la Vila. Ese fue el primer proyecto que nos dejaron diseñar con libertad real. Antes de ese momento, habíamos hecho cosas, pero más pequeñas y con menor libertad. También, El Poble nos confió su primer restaurante y a partir de ahí, surgieron nuevos proyectos que cada vez han ido siendo más potentes. Por ejemplo, la reciente restauración de una casa de la calle Rausell representa nuestro diseño. También ahora, formamos parte del equipo redactor del nuevo colegio Les Foies.
¿Cómo describiríais vuestra evolución como estudio?
El tipo de cliente ha ido cambiando. Al principio, teníamos muchos clientes con proyectos pequeños y menor libertad. Ahora, ya ven nuestro portfolio y nos dan libertad. De hecho, ya tenemos clientes que nos buscan porque conocen lo qué hemos hecho y buscan algo así. Es decir, nos van buscando por quienes somos. Ha cambiado el perfil. Son proyectos de un volumen más grande, con mayor responsabilidad, pero también con un músculo económico más fuerte. Aunque nos adaptamos a cualquier tipo de cliente.
La manera de trabajar también ha cambiado. Primero éramos Vicent y yo, luego, Hugo, Carla, ha entrado Paula… Hemos ido creciendo, adaptándonos, mejorando y perfeccionando. Aún queda camino, obviamente. Pero hemos ido mejorando. Todas las semanas, hacemos una reunión de programación y ahí es donde nos coordinamos. Planteamos unas estrategias de trabajo y, entonces, evaluamos si funciona o no.
¿Trabajáis para clientes de fuera de Gandia y la Safor?
Sí, trabajamos sobre todo para la Safor y València. Pero también para Alicante, Madrid y Barcelona. De hecho, ahora estamos acabando un chalet en Madrid.
Nos ha costado que la gente confíe en nosotros, porque nos ven jóvenes. Como anécdota, a Joel lo han llegado a echar de una obra porque no creían que era arquitecto. Pero tenemos mucho más que aportar que personas con más experiencia, tenemos mayor creatividad por ejemplo. Además, hemos partido completamente de cero en el sector, por lo que ha sido más difícil.
¿Qué creéis que os diferencia de otros estudios de arquitectura?
Creemos que un elemento diferenciador, o al menos que potenciamos mucho, es el mimo al cliente y también el mimo al proyecto. La preocupación por él al final se nota en el resultado del trabajo. Por ejemplo, para saber en qué línea vamos a trabajar realizamos una serie de cuestionario al cliente. Se trata de un cuestionario con preguntas de todo tipo, desde hobbies, manías, costumbres… para poder diseñar un proyecto a su medida.
A veces, les choca estas preguntas a los clientes, pero son cosas que si no las preguntas no te las dicen y pueden ser útiles a la hora de diseñar la vivienda. Por ejemplo, si tienen la manía de descalzarse al entrar a casa, se puede añadir un mueble para ello. Por ello, intentamos transmitir siempre que la casa la van a vivir ellos e intentamos que sea un guante que les entre perfecto.
«Buscamos tener la mayor repercusión posible»
¿Cómo os veis dentro de 25 años?
Como estudio pensamos en crecer, porque somos ambiciosos los cuatro. Pero no pensamos en un estudio con muchos trabajadores, un número ideal sería 10 o 12 personas. Aunque sí buscamos tener la mayor repercusión posible. Por ejemplo, que nos llamasen desde donde fuera por quienes somos y lo que hacemos. Es decir, que nos llamasen por nuestro propio sello y nos dejasen hacer lo que quisiéramos. Nos gustaría tener pocos proyectos, pero muy potentes.
Sobre la actualidad, ¿de qué manera ha afectado la pandemia al sector?
Es de los pocos sectores que no ha afectado negativamente. Los dos meses de confinamiento estatal hubo sorpresa de no saber qué hacer, pero una vez se retomó la actividad no hemos notado nada por suerte. De hecho, al contrario, la gente está reformando más a partir de entonces. Parece que se han dado cuenta de que las estancias están envejecidas, de qué necesitan espacios más abiertos o de que tengan balcón o terraza.
¿Qué tendencia sigue el sector?
Ahora mismo, hay una tendencia a la reforma de viviendas, porque hay muchas sin habitar. Además, se está promocionando la reforma con ayudas. El Ayuntamiento de Gandia está aposta por la regeneración urbana del centro. Por otro lado, la normativa tiene más exigencias para las edificaciones nuevas e influencia el precio del terreno.
«Destacaríamos los valores de la arquitectura valenciana y mediterránea»
Sobre referentes, ¿cuáles son los vuestros?
En base a la línea que nos marca el cliente para cada proyecto, cogemos unos referentes para proyectar esa vivienda. Igualmente, estamos trabajando para tener nuestro propio estilo, teniendo unos referentes que nos gusten, pero llevándolo a nuestro terreno.
En cuanto a la filosofía, sí tenemos una línea definida, mientras que, en referencia al acabado, tenemos una línea. Pero depende de lo que quiera el cliente. No obstante, en cuanto diseño, buscamos una arquitectura muy limpia y minimalista. Sobre la filosofía, como estudio, llevamos al cliente de la mano en todo el proceso. Intentamos que todo el camino desde que entras aquí diciendo que quieres una casa hasta que esté hecha, que es un camino largo y que genera estrés muchas veces, sea lo más dulce para el cliente. Pero si decimos un nombre como referente del estudio es John Pawson.
Para ir terminando, ¿qué destacaríais de la arquitectura tradicional valenciana?
Destacaríamos los valores de la arquitectura valenciana y mediterránea, como el gran valor del diseño de la barraca valenciana y su filosofía. Es una casa que está muy bien orientada, que a nivel pasivo funciona muy bien, que controla las direcciones del viento para refrescar… Toda esa filosofía de vida mediterránea y valenciana intentamos aplicarlo a nuestros diseños.
Por otro lado, en la zona de València hay muchos estudios buenos. Eso lo que hace es que, a nivel arquitectónico, se le de mucho valor a la zona de València. Eso también nos beneficia a los estudios más pequeños, porque la gente aprecia la arquitectura con diseños más actuales. Especialmente, después de la época del boom de 2008, que se nos culpabilizó de ello y se estigmatizó la arquitectura.
¿Y de Gandia?
Destacaríamos el edificio de la escuela de música de la feria, que ha ganado diversos premios de diseño, y la iglesia del Grau, diseñada por Eduardo Torroja y Gonzalo Echegaray, que tiene una estructura laminada en forma de costillas. De la arquitectura moderna, el edificio de La Caixa también es una referencia. Aparte de la clásica, tenemos el Palau, el ayuntamiento, la reforma del Castell de Bairén…