¿Cómo reza Gandia en Semana Santa?

- Publicidad -
- Publicidad -

Hemos comenzado la Semana Santa. Las celebraciones eucarísticas, Via Crucis, procesiones y penitencias han tomado las parroquias y las calles de mi ciudad natal: Gandia. Quizás a los que somos creyentes nos cueste entender que haya gente que sólo participe de ciertas celebraciones o que se tome la fe como algo momentáneo. 

El Papa Francisco en su magisterio nos está invitando constantemente a la acogida de las personas que de una u otra forma se acercan a la Iglesia (Cf. Discurso Papa Francisco, 27 – febrero – 2024. Ciudad del Vaticano). Son los pobres que se acercaban a Jesús. 

Está claro que al Señor se le sigue o no se le sigue. Intento explicarme mejor. Nosotros no somos creyentes de una ideología sin más. Tampoco promovemos una espiritualidad vana y estéril que quiera limpiar conciencias o tranquilizar las mentes. El cristiano es aquel que se define como seguidor y discípulo de Jesús. Es imposible ser cristiano sin mantener una relación viva con el Señor. El deseo de todo cristiano es vivir su vocación cristiana a la santidad, luchar día a día por hacer presente a Cristo en la tierra. Esa presencia de Cristo es garantía de comunión, de esperanza, de caridad, de fraternidad, de alegría… La presencia de Cristo garantiza la unidad entre las personas y los pueblos. Por eso la familia es la primera cédula de la sociedad (Cf. Pontificio Consejo Justicia y Paz. Compendio Doctrina Social de la Iglesia. Librería Editrice Vaticana, 2004). En la familia aprendemos a amar, nos capacita para la relación, nos enseña a perdonar… ¡Tantas cosas se aprenden en familia! Lo que aprendemos desde la familia tiene que proyectarse en la sociedad, entre los pueblos, en la vida de los vecinos, mucho más en la realidad de las parroquias y comunidades eclesiales.

Cuando una persona se acerca a la Iglesia, por los motivos que sea, es importante cuidar la acogida. Saber acompañarlos en su vida, saber hacerse presente en su historia concreta. 

En la Semana Santa, muchas son las personas que tienen un primer contacto con la vida religiosa y de fe. Es tarea de los cofrades, y especialmente de las juntas directivas, saber realizar dicha acogida, y, por supuesto, saber acompañarlos. 

A través del ministerio sacerdotal que Dios me ha encomendado he ido adquiriendo esa capacidad de acogida, de paciencia, de ternura… Uno sale del Seminario pensando que el camino va a ser fácil. La experiencia de los años te pone delante de la realidad: Vivir desde Cristo y por Cristo. 

Muchas veces no veremos los frutos que deseamos y todo esfuerzo parece muchas criticado. Sí, los sacerdotes encarnamos a Cristo crucificado. La mirada y la acción de Cristo nos enseña que lo importante es estar y no decir o hacer tanto. La gente valora más la presencia del sacerdote, que la imposición del cura. 

Como también es obvio que cuando en una cofradía se impone el “siempre se ha hecho así”, vienen las rivalidades y los enfrentamientos. Hemos de ser capaces de abrirnos a la creatividad que nos da la presencia del Espíritu Santo.

Ahora bien, esa creatividad no pasa ni pasará, por la imposición de mi criterio, sino por la aprobación y la garantía de comunión con la Iglesia. Es decir, no se trata de que una junta directiva intente innovar con lo que ellos piensas o creen, sino dejándose llevar por la humildad de someterlo todo a la opinión del consiliario y la aprobación de la Asamblea. No perdiendo nunca el horizonte de que lo importante no es que todo quede más bonito, sino que la gente rece y provoquemos con ello el encuentro con el Resucitado. Así he visto crecer a las cofradías y movimientos dentro de la Iglesia. Porque en ellas está siempre presente Cristo Jesús.

El diálogo con otros sacerdotes y la experiencia de otros pueblos (países) me ha hecho entender mucho más el comportamiento de las personas pobres que se acercan con sus necesidades particulares a la Iglesia.

Me contaba un cura de Sevilla que la gente de su tierra reza de esta manera: desde el momento de vestirse los cofrades reciben oraciones para que las pronuncien mientras se visten en casa. Las salidas desde los templos ayudan al recogimiento. Los cantos expresan el amor incondicional a nuestro Señor y su Madre Santísima. La tradicional “levantá” se hace para encomendar a Dios las peticiones y ayudar a dar sentido a los que llevan el peso del trono. Y así podría seguir poniendo ejemplos que me contó.

Esto hizo preguntarme: ¿cómo reza Gandia en Semana Santa? Reza desde las celebraciones eucarísticas de cada cofradía, reza desde las conferencias organizadas, reza desde la creación de nuevas celebraciones, reza desde la organización de un concierto, reza en su acción solidaria, reza desde la organización de la liturgia, reza en la «Visitatio Sepulchri», reza en el Pregón de su Semana Santa, reza en los Via Crucis, reza en la música de sus bandas, reza en el homenaje a las camareras y a la Madrina de la Semana Santa, reza en sus encuentros, reza cuando ponen flores a su imagen… 

Si la Semana Santa de Gandia no rezase yo no sería sacerdote. Como he afirmado en la revista Passio, no somos un «fenómeno turístico» o una «expresión cultural», aunque todos nos beneficiemos por ello. No dejemos caer la Semana Santa en el secularismo y la apostasía silenciosa imperante. No dejemos que nos manipulen las voces de los representantes neomarxistas. Seamos testigos de Cristo. En cada Misa os encomiendo queridos cofrades. Recemos juntos esta Semana Santa, sigamos rezando. Demos gloria a Dios.

- Publicidad -

ÚLTIMAS NOTICIAS

- Publicidad -
- Publicidad -

TE PUEDE INTERESAR...

- Publicidad -

Escribe tu comentario