Ernest Mesalles, el Hermano Mayor de la Hermandad del Santo Sepulcro de Gandia, termina esta Semana Santa sus 8 años al cargo de la hermandad. Mesalles afirma haber trabajado incansablemente por crear esa «Semana Santa que tenía en mi cabeza, y lo hemos conseguido».
Una Semana Santa seria, solemne y con muchas nuevas iniciativas y actos «que han sido apoyados por todos, hemos conseguido crear actos que llegan a la gente». Aunque Ernest acaba su mandato con la Coronación de la Virgen de la Esperanza asegura que «estaré ahí siempre para lo que mi hermandad necesite».
- ¿Cómo fueron sus inicios en la Semana Santa?
Comencé desde pequeño, prácticamente desde que nací. Empecé a salir en el Sepulcro cuando tengo 8 o 9 años con mi tío Jesús y participaba en todo. En el año 1995, cuando se crea la banda de tambores de la hermandad soy uno de los fundadores. Me encaminé en primer lugar ahí y eso son mis recuerdos de los inicios en la Hermandad.
Mi padre era reacio a que me apuntara a la hermandad y mi tío fue muy listo en ese sentido. Yo no tengo la antigüedad que me toca porque si mi tío hubiese planteado que me apuntara a la hermandad desde pequeñito, seguramente mi padre no lo hubiera permitido. Pero lo que hizo fue llevarme a la hermandad sin estar inscrito, y cuando hice los 12 años fui yo el que pedí ser de la hermandad, entonces mi padre ya tuvo que dar su brazo a torcer, porque o me apuntaba a la hermandad o me moría.
De los primeros recuerdos que tengo es que cogíamos una furgoneta y recolectábamos ramas de olivo para poder salir. Es una cosa que puede ser una tontería porque ahora te la traen donde días, pero ese “comboi” lo recuerdo con mucho cariño.
También hacíamos muchas otras cosas, por ejemplo un almuerzo de “Suquet” de pescado. Eso por ejemplo ha sido una de las cosas que hemos intentado recuperar, de hecho este año somos la friolera de 130 personas en el almuerzo de Viernes Santo.
En la hermandad he conocido a gente que se han convertido en amigos de vida.
- A lo largo de todos estos años dentro de la Hermandad del Sepulcro, ¿cómo ha cambiado la hermandad?
Desde que empecé hasta día de hoy la hermandad ha cambiado muchísimo. No se parece prácticamente en nada a lo que era. Lo bueno de las hermandades de Semana Santa es que mantenemos la esencia, porque por mucho adorno que le pongamos, el Viernes Santo es lo que es, el Miércoles Santo es lo que es… Las hermandades tienen unos mecanismos tradicionales que se mantienen y hacen que los actos siempre sean los mismos.
Claro que también hay que evolucionar y se ha innovado. La revista que el Sepulcro hacía en el 1995 no es la misma que se hace ahora, tenemos una revista puntera en la ciudad de Gandia.
También se han ido perdiendo y recuperando cosas a lo largo de los años. Por ejemplo el almuerzo de Viernes Santo que se dejó de hacer, vuelve a realizarse. Hemos añadido también cosas nuevas, como una procesión que es relativamente nueva y que es una procesión penitencial. Era un sueño de jóvenes de toda la vida, queríamos hacer esa procesión de muertos y ahora la tenemos.
Durante estos 8 años hemos intentado, dentro de la evolución natural de la hermandad y la vida que creo que es necesaria, mantener la esencia de lo que era la hermandad. Por ese lado estamos contentos.
Se ha dejado de hacer muy poco de lo que se hacía antes. Hemos evolucionado, sí, pero ahora se hacen más actos pero seguimos contando con los que se hacían tradicionalmente.
También ha cambiado, por ejemplo, que hemos vuelto a la esencia de 1953. En el 1954 el Sepulcro empezó a salir en carro y desde 2017 decidimos que el Sepulcro saliera a hombros. Eso también ha supuesto un paso muy importante para la hermandad porque se ha creado un grupo de portadores muy importante, con más de 80 personas, que tienen vida propia dentro de la hermandad.
Ha evolucionado, y lo que antes íbamos en un barquito ahora vamos en un transatlántico. Pero es la vida, no nos podíamos quedar en ese barquito. Creo que hemos evolucionado naturalmente sin perder la esencia.
La vida no espera, la vida sigue, y lo que tenemos que hacer es intentar acoplar bajo tu propio criterio, que yo en este caso me echo la culpa y el beneficio, esta evolución. Quedan cosas por hacer, porque esa evolución es constante, pero hemos intentado acoplarla a este siglo e intentar que no perdiera su esencia. Los rasgos característicos de la hermandad, que es la seriedad del Viernes Santo y en sus procesiones propias, y su compromiso social no se ha perdido. Evidentemente estamos abiertos a la crítica y que algún hermano diga que no le gusta por donde hemos llevado a la hermandad, pero a nosotros nos gusta e igual de respetable es su opinión que la nuestra.
– ¿Qué novedades destacaría de las que han incorporado estos últimos ocho años?
Hemos creado cosas muy chulas. Una de las cosas de las que estoy muy contento es que la Semana Santa que mi equipo y yo teníamos en la cabeza se ha hecho realidad. Los del Sepulcro somos muy de Semana Santa y ese grupo de locos por la Semana Santa hemos conseguido crear actos que llegan a la gente. Creamos por ejemplo el libro de difuntos, una manera de honrar a los muertos de la hermandad y una manera litúrgica de vencer a la muerte, porque de alguna manera los muertos del sepulcro seguirán desfilando y participando en la procesión de Viernes Santo junto con su hermandad hasta el día que se deje de sacar el libro, si es que eso sucede. Pero si hay solo una persona de la hermandad que quiere llevar el libro, el que sea hermano del Sepulcro saldrá siempre en la procesión. Esa idea hemos visto que cala, y hay mucha gente que quiere sacar el libro.
Si sacas ideas y se quedan vacías o te cuesta sacarlas adelante pues podríamos replantearla, pero nosotros hemos tenido la suerte de que todas han sido respaldadas por los hermanos y eso significa que las ideas funcionan, que llegan y estamos haciendo Semana Santa de la buena.
También tenemos el caso de la procesión de muertos que creamos, la penitencial, que invito a todo el mundo a verla, y en esta procesión hay cola para llevar al Cristo.
Otra de las cosas que reflejan la buena salud de la hermandad y que estamos haciendo las cosas bien es el tema de las altas. A lo largo de estos últimos ocho años la hermandad ha crecido, y se han registrado más de 160 altas.
- ¿Cómo encontró la hermandad y cómo la deja?
La Hermandad me la encontré en un estado de salud relativamente bueno. Por una serie de problemas de hacía años el estado económico no era el más recomendable, pero estaba bien. A partir de ahí, desde el punto de vista procesional, creo estos 8 años han servido para mejorar la hermandad. Sacar el Sepulcro a hombros, la Virgen de la Esperanza llevada por mujeres que es algo que hemos hecho estos años, el libro de difuntos, la procesión penitencial…
También la coronación de la Virgen, no sabía si llegaría a vivirla como Hermano Mayor. Llevamos dos años y medio con esto y creo que es un colofón muy bueno. Seguramente a muchas personas no les guste la corona o ciertos aspectos, pero al final yo valoro el significado y la importancia que le damos a la Virgen con esta coronación.
Desde el punto de vista procesional a día de hoy creo que la hermandad no puede evolucionar más. Siempre hay cosas por hacer y por mejorar, pero creo que ahora debemos de entrar en un momento de asentar lo que tenemos, crear mecanismos para que lo que tenemos funcione, potenciar lo que tenemos y después ya dar otro paso.
- ¿Cómo ha cambiado la Semana Santa a lo largo de estos últimos 8 años?
Ha cambiado mucho. La Junta Mayor de Hermandades, como asociación viva de la Semana Santa y de la sociedad gandiense, evoluciona con el tiempo y cambia. Y Emili Ripoll es un buen presidente de Junta Mayor que creo que está haciendo las cosas muy bien y aplicando sentido común.
A día de hoy, la Junta también está apoyada por un grupo de gente joven y hermanos mayores jóvenes con los que se puede debatir. Al ser una entidad viva depende mucho de las personas que la integran, pero creo que están haciendo cosas positivas que están haciendo cambiar la Semana Santa a mejor, todo esto bajo mi opinión.
- Terminan sus años como Hermano Mayor. ¿Deja la puerta abierta para trabajar en la Semana Santa de Gandia?
La verdad es que, personalmente, no tengo interés en formar parte de la Junta Mayor de Hermandades. Evidentemente existe la posibilidad de poder participar en un futuro de ella y trasladar mis ideas, pero las funciones que tiene a día de hoy la Junta Mayor de Hermandades no me interesan. Creo que para formar parte de ella debería de haber un cambio estructural en ella.
Pienso que Emili, que termina este año su legislatura, debe seguir cuatro años más, eso lo tengo clarísimo y es por méritos propios.
Hay una diferencia muy grande de la gente que es de Junta y gente como yo. Yo creo que Junta Mayor debería de ser un órgano gestor que estuviera al servicio de las hermandades para ver qué necesitan. Esto es lo que yo he hecho en el Sepulcro, escuchar a los hermanos, sus necesidades, y después actúo.
Yo soy muy de hermandad y creo que la Semana Santa de Gandia tiene que crecer gracias a las hermandades. Son ellas las que tienen que dar pasos hacia adelante y hacer cosas. Cuando vas a una procesión la gente lo que quiere es que le llene los ojos de alguna manera y la Semana Santa de Gandia estamos teniendo desde hace unos años hasta aquí ideas buenísimas y muy bien ejecutadas.
- ¿Le han quedado cosas pendientes por hacer dentro de la hermandad?
Sí se me han quedado cosas pendientes. Pero yo tengo 42 años, ya no seré Hermano Mayor pero me quedo en la hermandad para trabajar en ella y seré lo que la hermandad quieran que sea. Si hay problemas y necesitan que yo eche una mano a la nueva directiva que entre, que hay una lista continuista, pues yo estaré ahí.
Estoy muy contento también porque hay una lista continuista con una mujer por primera vez en el Sepulcro. Todavía es mejor colofón que la propia coronación. Creo que que esta chica quiera continuar y no tenga miedo de presentarse como la primera Hermana Mayor de la hermandad habla muy bien de la salud del Sepulcro.
Al final yo estaré para ayudar en lo que necesiten y dar mi opinión si me la piden. También me refiero a Junta Mayor, si necesitan algo de mí ahí estaré. Eso sí, tanto unos como otros, deben de estar abiertos a escuchar mi opinión sobre lo que me pregunten, sea para bien o par mal.