Albert Gimeno, experto en educación digital y mentor parental en Padres 2.0, ha dedicado más de 30.000 horas a ayudar a madres y padres a gestionar la vida digital de sus hijos. En esta entrevista a Som Gandia, nos ofrece una visión detallada de los principales riesgos que enfrentan los menores al usar dispositivos móviles y tablets de forma excesiva, así como valiosas recomendaciones para mitigar estos peligros.
Gimeno destaca que «si los padres somos los responsables de poner una pantalla en las manos de nuestros hijos, deberemos ser la primera barrera de protección de los riesgos de la tecnología». Además, proporciona estrategias prácticas para identificar señales de alerta y fomentar un uso responsable y equilibrado de la tecnología. A través de sus charlas y programas de mentoría, Gimeno se ha convertido en un aliado crucial para muchas familias que buscan un equilibrio saludable entre la tecnología y el desarrollo integral de sus hijos.
- ¿Cuáles son los principales riesgos que enfrentan los niños al utilizar dispositivos móviles y tablets de forma excesiva?
El exceso de uso puede afectar a la salud física y mental de los menores cualquiera que sea su edad. Los principales riesgos pueden ser:
Riesgos para su privacidad y seguridad, como ciberacoso o acceso a contenidos no adecuados a su edad o aislamiento social por reducir la interacción con amigos y familiares.
Riesgos físicos, como problemas de fatiga ocular por el uso prolongado de pantallas, trastornos del sueño por la exposición a la luz azul de las pantallas antes de dormir que puede interferir con la producción de melatonina, y dolores musculo-esqueléticos por el sedentarismo y las posturas incorrectas (dolor en cuello y espalda principalmente).
Riesgos psicológicos y emocionales, desde problemas de atención, ansiedad, depresión o llegar a desarrollar una adicción a la Tecnología.
Riesgos cognitivos, como el impacto en el aprendizaje, por desplazar tiempo al aprendizaje activo y otras actividades educativas o incluso que afecte en el desarrollo del lenguaje y sus habilidades sociales.
- ¿Cuáles serían las recomendaciones para mitigar estos riesgos?
Hay que poner SAL para controlar el uso que hacen los menores de las pantallas y minimizar los riesgos asociados con su uso excesivo:
- (S)upervisar: es decir, comprobar y revisar su actividad con los diversos dispositivos (TV, tablet, movil) y las diferentes aplicaciones videojuegos, Redes Sociales, WhatsApp, etc. en función de su edad.
- (A)compañar: esa supervisión puede realizarse después de la actividad (mediante alguna herramienta de control parental o simplemente chequeando su actividad directamente revisando el historial o el tiempo de uso) o se puede realizar durante el tiempo que el menor hace uso de las pantallas. Los adultos debemos modelar un uso seguro y saludable con nuestro ejemplo.
- (L)imitar: es evidente que si los padres somos los responsables de poner una pantalla en las manos de nuestros hijos, deberemos ser la primera barrera de protección de los riesgos de la tecnología, y para ello debemos establecer unas normas y poner unos límites de uso. Promoviendo además actividades físicas y al aire libre y fomentando las interacciones sociales cara a cara alejadas de pantallas.
- ¿Cuáles son las señales de alerta que los padres deberían tener en cuenta para identificar si el uso de la tecnología está afectando negativamente a sus hijos?
Es importante que los padres estén atentos a ciertas señales de alerta que pueden indicar que el uso de las pantallas está afectando negativamente a sus hijos. Estas señales pueden manifestarse en diferentes áreas del comportamiento y el bienestar de los niños. Algunas señales clave que los padres deben observar:
Cambios en el comportamiento y el estado de ánimo, como irritabilidad y ansiedad, sobre todo cuando se les pide que dejen de usar los dispositivos. Mucho ojo a los cambios drásticos en el estado de ánimo: pueden ser una señal de problemas.
Problemas de sueño, como dificultades para conciliar el sueño o mantenerse dormidos y también mostrar signos de somnolencia a lo largo del día.
Dolencias físicas y molestias, con quejas frecuentes de dolores de cabeza, espalda o cuello. Atención a los cambios de peso por el aumento del sedentarismo asociado al abuso de tiempo frente a las pantallas.
Problemas de disciplina: empieza a negarse a cumplir las normas de uso de los dispositivos en casa o a mostrarse desobediente. Poner el foco si comienza a mentir sobre el tiempo que pasa en actividades online.
Bajo rendimiento escolar, con la falta de interés por el colegio, las actividades escolares y, en consecuencia descenso en las calificaciones.
Dificultades de atención y concentración, como distracción constante.
Aislamiento social: con una menor interacción con amigos y familia: si los niños prefieren pasar tiempo con sus dispositivos en lugar de interactuar con amigos y familiares, esto puede ser una señal de aislamiento social. Si evita actividades sociales que antes disfrutaba puede ser una indicación de un uso problemático de la tecnología.
Comportamientos adictivos: como mostrar obsesión por los dispositivos hace que necesiten pasar cada vez más tiempo para obtener el mismo nivel de satisfacción
- ¿Qué estrategias pueden implementar los padres para controlar y limitar el tiempo que sus hijos pasan frente a pantallas?
La mejor estrategia pasa por la prevención y por establecer un plan. Un plan básico que incluya unas pocas normas, consistentes pero sencillas para que comprendan lo que se espera de ellos, y con unos límites claros de lo que se permite y no se permite hacer con las pantallas, es suficiente. Si además, involucras a tus hijos en la elaboración de esas reglas, puede aumentar su compromiso a cumplirlas, dando por supuesto que los padres son ejemplo de uso equilibrado y responsable de las TIC. Las normas deben ser revisadas y ajustadas periódicamente para adaptarse a las necesidades cambiantes y el desarrollo de los niños.
Para controlar el uso de cualquier dispositivo o aplicación hacerse estas 5 preguntas es clave:
¿Cuánto?: ¿cuánto tiempo utiliza ese dispositivo o aplicación?. Los expertos en salud infantil no recomiendan el uso de pantallas en menores de 2 años. Y hasta llegar a la edad adulta, es recomendable no exceder de las 2 horas diarias, contabilizando todos los dispositivos.
¿Cuándo?: ¿cuándo usa las pantallas?. El deporte, el descanso, el estudio, la familia y los amigos son parte fundamental de su vida.
¿Dónde?: ¿dónde se conecta: lo hace en público (salón de casa, en la biblioteca) o en privado (encerrad@ en su habitación)?
¿Con quién?: ¿con quién se conecta?; ¿los padres conocen sus contactos virtuales?; ¿se conecta cuando hay un adulto de confianza físicamente a su lado para que pueda controlarlo y acudir a él en caso de que se sienta incómodo o amenazado con lo que ve a través de la pantalla?.
¿Para qué?: ¿para qué se conecta?. Internet, los videojuegos, el móvil, son herramientas de entretenimiento, educación o información. Y una vez cumplido ese objetivo, dejamos la herramienta y nos dedicamos a otra cosa. Navegar sin una finalidad concreta, es naufragar.
- ¿Qué papel juega la supervisión en la prevención de adicciones tecnológicas en la infancia?
Es fundamental, porque no se puede evaluar aquello que no se mide. Sin supervisión, los efectos de las consecuencias, para los menores o para terceros, del uso que hacen de las pantallas pueden llegar hasta límites insospechados: límites donde la frustración, la desesperación y a veces la angustia no tienen final.
- ¿Cómo pueden los padres encontrar un equilibrio entre el acceso a la tecnología y el desarrollo de habilidades sociales y emocionales en sus hijos?
Estableciendo normas y límites claros del uso de las pantallas y fomentando actividades culturales y lúdicas lejos de ellas. Para encontrar el equilibrio es bueno revisar los hábitos de consumo de pantallas en familia: ¿hay un momento para la lectura en casa?, por ejemplo, si no nos ven leer, será contraproducente obligarles a coger un libro; ¿organizamos salidas familiares para ir al teatro, al campo o promover actividades lejos de las pantallas?. Pon un cordón sanitario entre las pantallas y tu familia. Además, es importante limitar los espacios en casa a las pantallas para que su presencia no nos “empuje” a conectarnos: por ejemplo, si tienen una TV en su cuarto y si además tienen una consola, será más difícil que nuestro hijo controle el impulso de usarlas y para nosotros controlar la cantidad de tiempo que pasa cara a las pantallas.
- ¿Qué recomendaciones daría para fomentar un uso responsable y seguro de internet entre los niños?
Lo primero considerar a la tecnología, tanto los dispositivos como las aplicaciones que usamos, como herramientas a nuestro servicio y no al revés. Si los concebimos desde esa perspectiva, al igual que cualquier otra herramienta (un cuchillo, la nevera o una bicicleta) la utilizaremos para un fin concreto, durante un espacio y tiempo limitado y conociendo cuáles son los límites que no debemos traspasar para no hacernos daño ni lastimar a otras personas.
Lo segundo, dar ejemplo: los hijos aprenden de los padres más por imitación que por lo que escuchan. Así que toca revisar el uso que los adultos hacemos de las TIC en casa.
Y lo tercero, que en familia se hable de Internet, las Redes Sociales, del mundo digital en general con absoluta normalidad, sin tabúes, pero sin que acapare toda la atención ni todo el tiempo. Poniendo las TIC en el lugar que les corresponde: a nuestro servicio y para nuestro disfrute, no para convertirnos en esclavos de ella.
¿Cuál es la importancia de establecer normas claras y límites en el uso de dispositivos tecnológicos?
Establecer normas claras y límites en el uso de dispositivos tecnológicos es crucial para el desarrollo saludable y equilibrado de los niños. Las razones principales son:
Proteger su salud física, mental y emocional: salud ocular, postural y prevención de problemas de salud mental.
Fomentar el equilibrio en la vida diaria, diversificando las actividades (juego físico, lectura, interacciones sociales, etc.) y promoviendo el ejercicio físico, que es fundamental para su salud y bienestar general.
Mejorar su rendimiento académico, estableciendo hábitos de estudio saludables y con normas claras para que se enfoquen en sus estudios.
Fomentar las habilidades sociales: menos tiempo de pantallas y más tiempo de interacción cara a cara ayudan a los menores a desarrollar habilidades sociales y emocionales decisivas en su crecimiento.
Prevenir la adicción a la tecnología y la seguridad en línea, mediante el autocontrol y la disciplina y a través de una educación digital básica para un comportamiento adecuado en línea.
¿De qué forma ayudáis a los padres, cuáles son vuestras actividades principales?
Damos charlas en colegios e institutos, para Primaria y Secundaria principalmente, donde los padres, al mismo tiempo que aprenden, ríen, lloran y no dejan de mover el culo en la silla de todos los impactos emocionales que están recibiendo, y se llevan un montón de ideas que pueden aplicar de inmediato para acabar con las discusiones en casa por culpa de las pantallas. Ah, y regalamos un ebook con toda la teoría que vemos en la charla.
Además, para aquellas madres y padres que ya no pueden más, que sienten que las pantallas están a punto de romperle la cabeza a sus hijos y que están a punto de tirar la toalla, nos encargamos de mentorizar a sus hijos, como si de un profesor particular se tratara, para que usen las pantallas de forma segura y saludable para siempre.