El derribo de la estructura del nuevo Mestalla es uno de los rumores más comentados ahora que se acercan las elecciones municipales. Cuando Amadeo Salvo dirigía ya se decía en privado que si Lim pudiera, eliminaría el proyecto.
Con la aproximación de las elecciones en el Ayuntamiento de Valencia ya aparecen voces que apuntan que el nuevo gobierno debería sentarse con el Valencia para analizar nuevas vías de solución.
Las obras del nuevo estadio se paralizaron en febrero de 2009 y diez años después no se ha movido ni una grúa en la parcela de la avenida de Corts Valencianes.
El 26 de mayo hay elecciones municipales y el nuevo gobierno tendrá que resolver las cartas de este asunto. Al mismo tiempo tampoco está cerrada la puerta a conservar el actual viejo Mestalla.
El club Che perdería parte de la inversión realizada en la estructura del nuevo estadio pero saldría de un problemática importante para poder iniciar un nuevo proyecto. Para llevar ese plan adelante hay que recalificar los parámetros urbanísticos en la avenida de Corts Valencianes para un uso terciario, con la posibilidad de construir edificios de oficinas y algún hotel. Realizando estas gestiones se podría mantener en pie el viejo Mestalla.
La comitiva de Peter Lim siempre ha puesto pegas al nuevo estadio. Actualmente, las propuestas de compra de las parcelas de la avenida de Suecia (actual estadio de Mestalla) no cumplen las expectativas.