De una idea sin producto a una marca con alma: así nació Gussa, las pizzas napolitanas que enamoran en Gandia.
Adrián Carbó y Manolo Melis, los fundadores de Gussa, nos abren las puertas de su historia emprendedora, donde pasión, esfuerzo y creatividad se mezclan con el aroma inconfundible de sus pizzas. Lo que comenzó como un “gusanillo” por la hostelería se convirtió en un proyecto con personalidad propia: “Cuando arrancamos, no teníamos ni pizzero, ni idea de cómo hacer una pizza napolitana, pero sabíamos que queríamos algo diferente, algo con alma”, afirma Manolo.
Hoy, Gussa no es solo sinónimo de pizza napolitana en Gandia, sino de momentos. “La pizza es más que comida, es el centro de historias: una noche de peli y manta, un partido de fútbol con amigos, un desayuno tras una noche épica”, asegura Adrián. Y es que Gussa, con sus ingredientes italianos de altísima calidad y su atención al detalle, se ha convertido en más que una pizzería: es una experiencia.
En esta entrevista, descubrimos cómo lograron transformar el hambre de emprender en una marca con tanto carácter como sus pizzas.
- ¿Cómo surgió Gussa?
Adrian Carbó: Manolo y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero coincidimos cuando arrancamos el proyecto de Lateral. A partir de ahí estuvimos trabajando en hostelería y una vez el proyecto arrancó, luego cada uno se fue a trabajar a su sector. 10 años más tarde, nos picaba el gusanillo de la hostelería y teníamos algunas ideas sobre la mesa. Yo tenía un concepto delivery metido en la cabeza, pero no tenía producto, y fue Manolo quien me introdujo en el mundillo de las pizzas.
Manolo Melis: Yo venía de trabajar mucho por Italia y probaba ese estilo de pizza, y vivía en Valencia, que también había pizzerías de este estilo. Cuando Adri me dijo de montar algo, pero no teníamos producto, un día me vino el flash y le dije: “¿Por qué no hacemos el rollo del take away que tú quieres con pizzas napolitanas que no hay en Gandia?”. Me dijo que sí, de cabeza. Fuimos a probarlas a Valencia y confirmado. Así fue como arrancamos.
A.C.: A partir de ahí empezó el proceso de crear una marca, lo que es empezar desde cero. Al final, si te cuentan lo que es emprender un negocio antes de arrancar, no lo haces porque te encuentras con mil baches. Pensar un proyecto, generar la marca, buscar empleados, todo eso sin tener ni un duro.
Pero todo salió bien. La idea surgió en noviembre y en mayo abrimos. O sea que en cinco o seis meses creamos todo.
- Empezasteis desde cero, con la idea pero sin pizza ni pizzero.
M.M.: Empezamos y no teníamos personal, no teníamos pizzero, no sabíamos cómo se hacían las pizzas. Hice un curso de pizza napolitana que no me sirvió para nada, porque no nos aclarábamos con la masa. Hicimos pruebas en casa y salían bollitos.
Entonces, como no teníamos mucho capital, empezamos a buscar mobiliario de segunda mano por Milanuncios y vimos un anuncio de un chico que se ofrecía como pizzaiolo (pizzero napolitano), pero que vivía en el norte y el anuncio era de 2016. Y no sé por qué le escribí y le dije si estaba interesado. Cuando me contestó, me dijo que estaba en Madrid, pero que le interesaba venir a la costa. Y dicho y hecho, empezamos a hablar con él, vimos que tenía capacidad, que nos podía ayudar y le invitamos un fin de semana con su familia entera aquí, a venir a Gandia. Le cogimos una habitación en el hotel, le enseñamos Gandia ese fin de semana y les encantó. Y ahí es cuando empezó realmente la segunda parte del proyecto, porque teníamos todo menos el producto.
A.C.: Teníamos la idea, pero no teníamos ni idea de cómo se hacía una pizza napolitana. Cuando vino él, empezamos aquí prueba-error, a hacer masas con diferentes productos. Venía la familia, los amigos a probar lo que gustaba y lo que no. Y poco a poco le fuimos dando forma a lo que es el producto que hoy tenemos en Gussa, que es un producto de altísima calidad. Todos los ingredientes los importamos de Italia, vienen de proveedores italianos. Cuidamos mucho el detalle y la calidad, se trata de hacer las cosas con mucho cariño y a la vista está que sale un producto buenísimo.
- ¿Ha sido difícil llegar hasta aquí?
A.C.: Lo de emprender no te lo enseñan ni en la facultad ni en los másteres. Hay mucha teoría y al empezar encuentras dificultades, como arrancar un proyecto sin dinero, vas llamando a puertas y al final consigues arrancar. La obra, por ejemplo, fue una pasada. Meterte en un local que llevaba cerrado más de 20 años. Y también encontrar personal.
M.M.: El personal ha sido muy complicado porque optábamos por traer personal formado. Ya teníamos a nuestro pizzero, pero necesitábamos más personal formado.
A.C.: Después de buscar, optamos por formar a la gente desde cero porque al final esto es un arte, es decir, hay que aprender a hacer, a embolar este tipo de pizza, a abrir la bola, a cómo se pone el tomate… Todo tiene su porqué. Lo complicado era el personal y por suerte hoy tenemos un equipo muy competitivo y que funciona muy bien y ha sido formando desde cero.
- ¿Por qué una pizzería solo take away / delivery?
M.M.: Decidimos hacer una pizzería para recoger en ventanilla y para llevar a casa por un tema de simplicidad. La hostelería cada vez está más fastidiada, cuesta cada vez más encontrar personal cualificado y la gestión de un restaurante implica muchas más variables que son complicadas de gestionar, sobre todo cuando tienes otros trabajos.
A.C.: Esto era un poco decir vamos a hacer una prueba piloto y si esto funciona nos planteamos el abrir un restaurante. Pero no queríamos ir a lo grande, primero testeamos el producto con algo pequeño y si todo va bien nos planteamos algo más.
- ¿Podemos esperar una expansión de Gussa?
M.M.: Desde antes de abrir ya sabíamos que no nos íbamos a quedar con un local, que nuestra idea es movernos y crear más Gussa, más conceptos y por qué no, más marcas y más restaurantes.
- ¿Os esperabais la acogida que ha tenido vuestra pizza?
M.M.: Sabíamos que teníamos un producto top de algo que no había en Gandia y que la gente lo demandaba. Entonces teníamos esa parte de tranquilidad de saber que estábamos haciendo algo diferente, que gusta, pero no sabíamos cómo iba a reaccionar el público de Gandia. Por esa parte teníamos un poco de dudas, pero en cuanto a producto y demás sabíamos que iba a tener buena aceptación.
A.C.: Sí, y así ha sido, ha funcionado bien. Es como todo, para gustos, colores. Hay gente que no le gusta la hamburguesa madurada y prefiere otra. Igual que gente que no le gustará la napolitana y prefiere una pizza fina. Pero lo cierto es que el producto es bueno y la gente lo reclama.
- Además de ser una pizza que no estaba en Gandia ¿en qué se diferencia del resto?
M.M.: Se diferencia en el producto final. Es una masa que requiere 48 horas de fermentación, es un proceso laborioso. Y luego el producto, viene todo de Italia y es de muy buena calidad.
Además, lo hemos adaptado al modelo de negocio. No es lo mismo vender las pizzas que vendemos para un restaurante, donde se come la pizza al momento, que cuando la metes en caja y la tienes que llevar a domicilio. Ahí también ha habido un trabajo de fondo de gestión de la masa, para que la masa no responda mal, que aguante bien, que llegue la pizza en las mejores condiciones. Es una pizza que tú la recalientas un minutito en el horno a máxima temperatura y vuelve a coger el mismo cuerpo y el mismo sabor que al principio.
- Gussa es “Porzione di Vita”.
A.C.: Manolo y yo entendemos que la pizza es un producto que siempre gira en torno a un momento. ¿Cuándo me como una pizza? Cuando estoy en mi casa con mi pareja y tenemos planeado hacer un peli y manta, cuando estoy con mis hijos y vamos a poner una peli de Disney, cuando estoy con mis amigos y vamos a ver el fútbol, cuando estoy de resaca tirado en el sofá y yo solo me la pido y me la como. Son porciones de vida, momentos que giran en torno a una pizza. Siempre una pizza tiene un momento o una historia que contar.
- ¿Las redes sociales han sido importantes a la hora de impulsar el proyecto?
M.M.: Muy importantes. Además es uno de los pilares básicos que tenemos nosotros, que consideramos que son fundamentales. Desde el primer momento hemos invertido mucho en redes, seguimos haciéndolo y la idea es no parar de invertir en ello porque te da mucha visibilidad, sobre todo, para un público un poco más joven.
- ¿Qué ha sido lo mejor de crear Gussa?
A.C.: Para mí, el poder dar a Gandia las pizzas que reclamaba. Mucha gente nos dice que no encontraba una pizza con la que disfrutara tanto. Yo creo que cuando la gente te viene y te felicita, para mí eso es lo máximo.
- Un imprescindible para vosotros.
A.C.: La carbonara es la top sin duda.
M.M.: Pero si quieres probar lo que es la calidad de la pizza de manera simple, es una margarita. Al final la margarita es donde tú aprecias el sabor del queso, del tomate y de la masa, ahí es donde aprecias realmente una pizza. En otras que vas añadiendo ingredientes puedes camuflar cosas, pero en la simplicidad de la margarita es donde ves la calidad de la masa.
- Habéis apostado también por pizzas dulces.
A.C.: El momento dulce siempre está ahí, la gula siempre aparece. Y la verdad es que tanto la de Nutella como la de Pistacho han tenido una aceptación buenísima, la gente las pide. Y lo bueno de la dulce es que normalmente sobra y al día siguiente, al menos en mi casa, la recalentamos en el horno y te la desayunas con un cafecito. Increíble. Está buenísima.
- ¿Qué significa Gussa para vosotros?
A.C.: Al principio no teníamos ni un duro, podíamos haber arrancado con la agencia desde un primer momento, que nos hubieran ayudado a crear marca, pero es verdad que no hubiera sido igual.
M.M.: Al final lo hemos creado todo desde cero: la tipología, el rotulado, el diseño del local, todo ha sido tirando mano de mi pareja, de su mujer….
A.C.: Y muchas noches Manolo y yo a las 2:00 a.m. ya cansados de trabajar, porque con todo esto seguimos con nuestros trabajos, pues diseñando y pensando cosas. En este proceso había un listado enorme de nombres italianos: Raffaello, Fumata, Cornizione… Y yo recuerdo que en mi casa, cuando éramos pequeños, cuando teníamos hambre decíamos que teníamos gusa, como el gusanillo. Según la RAE, gusa es como deseo, ganas de, y se asocia mucho al tema de la comida. Y dije: “Gusa. Le metemos una segunda s y le damos un rollo italiano muy chulo”. Y ha sido un acierto porque hemos creado una marca y la gente empieza ha decir: “Me pido una Gussa” u “hoy es día de Gussa». Y la gente está asociando el momento de la pizza al momento de Gussa.
Esa era la finalidad, que la gente pudiera fusionar esa marca con la sensación de tener hambre, Gussa. Y la verdad es que estamos súper contentos.
M.M.: Han sido horas de diseño, sin tener ni idea. Nos pasábamos cosas, dudábamos…
A.C.: Cambiábamos los colores de la fachada. Ha sido prueba y error. Hubiera sido más fácil pagar a alguien para que lo hiciera, pero yo creo que no hubiera tenido tanta alma, creo que tiene mucha personalidad, pero porque transmite lo que hemos vivido Manolo y yo durante horas y horas de trabajo. A Gussa le hemos transmitido la personalidad que le queríamos dar.