Un año lleva sin conserjes el instituto María Enriquez de Gandia. Las puertas se abren, pero con la ayuda del equipo directivo para que los estudiantes pueden entrar. Tropiezos de la administración que, sin motivo, no cubre las 3 plazas vacantes que se encuentran en un instituto que acoge a miles de estudiantes diariamente.
La dirección y el profesorado manifiestan su molestia. Durante todo un año el personal del centro y los estudiantes han tenido que presenciar continuas deficiencias. Pero la situación sigue igual. A este instituto de Gandia le sigue faltando personal para poder dar un servicio público y obligatorio.
En alguna ocasión el conserje no ha podido ir al instituto y el director, Juan Miguel Natek, quiso asegurarle a todo su alumnado una jornada lectiva lo más «normal» posible. No es su trabajo, pero abrió las puertas para que esa educación obligatoria siguiera su curso. Inspección ahora estudia una posible negligencia «porque ese no es su trabajo».
«No llegamos a todo, nosotros nos encargamos de abrir las puertas, atender a los alumnos, a los padres, llamadas, hacemos fotocopias y encuadernamos» nos cuenta Salvador Maciá, el conserje que está hoy de mañana, mientras profesores entran a la sala de conserjería, alumnos vuelven a sus clases y él casi no puede parar. «La gente se enfada, pero no podemos hacer nada. Cuando alguien llama a la puerta, tú estás haciendo otra cosa y no puedes atender, se enfadan y nosotros también porque no nos podemos partir», afirma Maciá.
Hoy paran. Pero paran para protestar, no por la falta de una figura esencial en el colegio. En silencio se reúnen para exigir sus derechos. Exigen un trato igualitario al resto de centros educativos.
Decenas de profesores, el equipo directivo y varias pancartas se han instalado en las puertas del instituto para pedir «una enseñanza como toca… ¡Conserjes ya!». Todos de negro «simulando su propio luto», como nos asegura una profesora, escuchan al director exigir sus derechos: «Manifestamos nuestro malestar, que provoca en numerosas ocasiones que no podamos proporcionar el servicio que como función pública tenemos que realizar».
El centro educativo solo cuenta con 2 de 5 conserjes. «Se han realizado múltiples actuaciones delante de la administración, correos electrónico, registros de salida, llamadas y hasta ahora continuamos sin respuesta y sin solucionar este grave problema» y esto, como afirma Natek, «ya no es por el covid».
«Un correcto servicio público» es lo que el director del centro pide ante la mirada de su equipo. Un gran aplauso cierra la protesta mientras muchos de ellos comentan: «A ver si así se nos escucha».