La redacción del Plan de reforma de los núcleos antiguos de la playa ya ha comenzado. Una vez realizado el diagnóstico, se ha realizado una propuesta urbanística para el Núcleo Primitivo de la playa Nord.
El diagnóstico se elaboró a partir de las líneas de actuación sugeridas de la consulta previa y de los 4 talleres de participación, donde intervinieron agentes sociales y económicos, vecindario y urbanistas. Así, la propuesta pretende la implantación de un modelo nuevo que dé soluciones a los problemas actuales y afronte los retos principales de futuro.
Se propone, por lo tanto, un nuevo modelo basado en los siguientes ejes: integración tipológica; recuperación de espacio por los peatones; implantación de usos dotacionales; naturalización del espacio público y mejora del hábitat residencial. En definitiva, un nuevo modelo que cumpla los objetivos de desarrollo sostenible.
El vicealcalde y concejal delegado de Urbanismo, Josep Alandete: “Es importante reconocer la dificultad que comportan nuevas propuestas en entornos construidos, con un margen de trabajo reducido y que afecta a propiedades privadas. Pero desde el sector público y, sobre todo, desde la actuación en los espacios públicos, tenemos que ser capaces de afrontar el reto de mejorar la calidad de vida del vecindario; mediante la mejora de la calidad urbana de unos espacios públicos que no dan respuesta a las demandas actuales de prioridad de espacios para las personas y sus relaciones; la perspectiva de género y la resiliencia ante los efectos del cambio climático”.
Un parque inmobiliario envejecido
El Jefe de Servicios de Urbanismo, Jorge Hervás, ha recordado que el núcleo primitivo de la Playa Norte se diseñó a partir del año 1952 sobre una superficie de 284.000 m². El diagnóstico es un parque inmobiliario muy envejecido con una trama viaria muy estrecha; calles en escuadra delimitando manzanas o islas de casas rectangulares paralelas en la playa. Pero, al mismo tiempo, posibilita la coexistencia de la tipología de vivienda familiar aislada con la de bloque de viviendas colectivas.
En el momento actual, las viviendas existentes se acercan a los 3.500, lo que equivale a 11.200 habitantes.
A nivel de planeamiento en 2013, desde el departamento de Urbanismo, se han impulsado algunas modificaciones puntuales del PGOU. Como son la regulación del cambio de usos terciarios y comerciales en las plantas bajas a viviendas; demandas que iban apareciendo progresivamente en contra del que contemplaban las licencias urbanísticas otorgadas a los inmuebles donde se sitúan; y corriendo el riesgo de desaparecer la posibilidad de situar pequeños comercios de proximidad y actividades terciarias.
El plan de reforma interior pretende corregir disfunciones, tanto en el ámbito urbanístico, como arquitectónico. En el primer caso, inyectando verde, dentro de un proyecto de integración paisajístico. Para ello, se recuperará una mayor superficie destinada al uso para peatones y a la plantación de árboles para la creación de sombra.
Desde el punto de vista arquitectónico, se busca atemperar la progresiva densificación de las unidades residenciales con una nueva normativa que regule las exigencias de disponibilidad de parcela mínima, incrementando este mínimo actual de 400 m2; evitar y prohibir el aumento del número de viviendas y, por lo tanto, el número de habitantes equivalentes; analizar en qué islas se podrían mantener la tipología arquitectónica existente de planta baja más dos alturas, en este caso se prohibirían las agregaciones de parcelas; exigir la creación de terrazas y balcones que computen o no computen; aumentar la superficie mínima de las viviendas; incrementar la parcela mínima edificable, etc. En definitiva, evitar grandes alturas sin superar la edificabilidad y el número máximo de viviendas.
Un antes y un después
Estos cambios irán aplicándose progresivamente desde la vertiente pública a través de planes de viales. Las inversiones privadas se regirán por el documento estratégico del nuevo marco urbanístico.
El presidente de la Junta de Distrito de la Playa de Gandia, Ferran Martínez: «Marcará un antes y un después de este ejercicio de planificación a corto, mediano y largo plazo para conseguir una playa, una ciudad inclusiva, resiliente, amable, sostenible, que disfrutará el vecindario y los residentes… Esto, al final, también se transforma en un mayor atractivo que atraerá a los visitantes”.
Martínez ha recordado que desde la construcción de la fachada marítima nueva y los aparcamientos subterráneos, la Playa no había recibido un volumen de inversiones tan grande, 25 millones, la mayoría en infraestructuras, como por ejemplo el depósito de pluviales del Clot de la Mota, el PAI de equipaciones o los planes de viales. “Será más fácil la transformación con estas infraestructuras que rodean los núcleos primitivos…”, ha concluido.
