Dos años después de revalidar la Alcaldía con una mayoría más que amplia, José Manuel Prieto hace balance de una legislatura marcada por la inversión pública, la transformación urbana, la apuesta por las infraestructuras y la estabilidad política. El alcalde de Gandia recibe a SOM GANDIA para repasar los grandes retos superados, y los que se está en camino de superar.
Con más de 120 millones de euros movilizados entre inversión pública y privada, niveles récord de empleo y una ciudad que aspira a reforzarse como capital comarcal, universitaria y turística, Prieto defiende la hoja de ruta de un gobierno “que no ha frenado el ritmo pese al nuevo mapa político” y que quiere consolidar acuerdos amplios sobre vivienda, civismo, transporte y grandes infraestructuras como la CV-60 o el tranvía Gandia-Denia.
En esta entrevista, el alcalde habla de consensos, de urbanismo, de convivencia y del papel que debe jugar Gandia como ciudad referente del Mediterráneo. Y deja abierta la puerta a repetir candidatura en 2027: «El proyecto aún no está terminado».
Dos años de legislatura. Ecuador…
Intensos, a la altura del reto que supone gestionar una ciudad en permanente transformación, una transformación a mejor. Y por eso, es indudable que yo creo que la ciudad está mejor que hace dos años. Y no solo lo digo yo, sino porque todos los indicadores económicos son mejores. Además, el balance creo que se completa con más de 120 millones de euros en inversiones públicas y privadas en marcha, más gente trabajando que nunca, según los datos de afiliación a la Seguridad Social, y una bajada de la deuda del ayuntamiento como hacía tiempo que no se producía.

¿Cuáles son, a su juicio, los mayores logros de esta primera mitad?
No haber frenado el ritmo de las inversiones, aunque lo hemos tenido que hacer muchas veces contra viento y marea, porque sabéis que el mapa político cambió en las últimas elecciones. Y aun así, hemos sido capaces de mantener las grandes inversiones públicas estratégicas que forman parte de la transformación de la ciudad.
Pero, para mí, creo que el éxito también ha sido saber establecer alianzas en beneficio de la ciudad. La colaboración público-privada ha sido fundamental, al igual que la estabilidad política y también la seguridad jurídica que garantizamos, por supuesto. Y gracias a esos condicionantes, somos capaces de acompañar las inversiones públicas con muchas otras privadas que, de otra manera, hubiera sido más difícil que llegaran.
¿Qué gran proyecto tendría que haberse materializado y no ha podido ser?
Aunque a mí esto de hacer balances me gusta más con la perspectiva del tiempo completo de mandato, que es la legislatura, creo que tenemos que ser capaces de desplegar al máximo posible el programa de gobierno y afrontar los retos que, aunque no estaban en el programa, tienes que ir cumpliendo, porque las ciudades están siempre en permanente transformación y la velocidad de los cambios es grande en esta sociedad, en este mundo.
Es verdad que en estos dos años, a mí me hubiera gustado que algunos proyectos fueran más rápido de lo que están yendo. Por ejemplo, los usos de los antiguos juzgados. Creo que ahí ya podríamos haber avanzado más de lo que lo hemos hecho, porque el gobierno de Gandia tiene una propuesta, pero todavía no tiene el visto bueno de la Generalitat Valenciana. Y también el centro de formación profesional. Ya llevamos casi un año de retraso respecto a los plazos que se pactaron y firmaron con la Generalitat.
CV-60 y tren/tranvía Gandia-Dénia. ¿Cuánto de importante son las conexiones?
Las conexiones son fundamentales para la vertebración del territorio, para las oportunidades de nuestros ciudadanos, para la competitividad presente y futura de las empresas, para desarrollar nuestra proyección y también como garantía de futuro para nosotros. Unos buenos elementos de comunicación y, también, unas buenas conexiones respecto a infraestructuras clave que ya se están empezando a desarrollar, como por ejemplo el Corredor Mediterráneo.
Nosotros hemos trazado un rumbo, igual que el de la legislatura, muy concreto y muy determinado en la cuestión de infraestructuras. No solo con el nacimiento de un pacto por las infraestructuras, sino también con un protocolo que es el inicio de ese pacto entre todas las fuerzas políticas. Mi intención es proponer que ese pacto pueda dejar claras las prioridades fundamentales para Gandia, como son las infraestructuras, por encima de criterios partidistas o de siglas políticas. Y que seamos capaces de llevar adelante ese pacto con lo que ya hemos trabajado con las administraciones superiores.
Con el Ministerio firmamos un protocolo de infraestructuras, y con la Generalitat Valenciana también abordamos la cuestión fundamental de la CV-60. En un sentido estratégico, creo que lo más importante será que se cumplan los plazos que tiene la obra pública comprometida, como es el despliegue de la doble vía entre Cullera y Gandia. Esto permite también la conexión por tren al Corredor Mediterráneo.
La CV-60 nos conecta con las comarcas del interior, pero también con el nudo de carreteras, la red del interior y el Corredor Mediterráneo. Hay una apuesta clara por seguir mejorando las comunicaciones de la ciudad, que cada vez cuenta con mejores conexiones. Eso es lo que hemos garantizado también en el protocolo que ahora tenemos que desplegar, con los plazos comprometidos por parte de la Generalitat respecto a la CV-60.
En cuanto al tren-tram, Gandia ha liderado una propuesta de solución junto a las federaciones empresariales de la Marina y de la Safor. Hemos concretado esa propuesta y la hemos trasladado a la Conselleria y también al Ministerio. Nos hemos ofrecido para liderar y mediar con las administraciones, para que de forma concertada todos los agentes, ahora que ya tenemos un estudio de soluciones y una posible definición de lo que puede ser la conexión ferroviaria con la Marina, sepamos concretarla y ponerla sobre la mesa con compromisos de financiación y la implicación de todas las administraciones. Y ese es el compromiso que he conseguido tanto del Ministerio como, la pasada semana, del conseller de Infraestructuras y Transportes: ser capaces de, una vez finalicen los informes previos, centrarnos, acordar y consensuar la solución ferroviaria, marcarle un plazo y también la implicación económica de las administraciones superiores.

¿Tendrá Gandia dos estaciones de cercanías?
Bueno, es probable, aunque lo tendrá que definir el proyecto. Vamos al trazado del proyecto, a la redacción con el trazado final de lo que será la infraestructura. Pero la opción pasa por entrar al túnel de Gandia en doble vía y, a partir de ahí —un poco antes del túnel—, ya con una única vía, de manera que sería posible utilizar la estación de mercancías. Pero seguiríamos llevando a los pasajeros al centro de la ciudad, a una estación urbana, como se ha hecho hasta ahora. Y eso era irrenunciable.
Sabéis que en todos los proyectos de tren de la costa siempre se había planteado —y se había llegado a consensuar entre los grupos políticos— la intención, que nosotros no compartimos, de dejar a los pasajeros en la estación de mercancías. Eso queda descartado.
¿En qué punto está el nuevo sistema de transporte urbano previsto para esta legislatura, incluyendo la reorganización de líneas y la implantación de Zonas de Bajas Emisiones?
El gran reto de esta fase de la legislatura ha sido la movilidad en todos los sentidos: la movilidad sostenible y la movilidad que vertebra el territorio y acerca a las personas a nuestros servicios públicos y entre los distintos distritos.
Hablamos no solo de la Zona de Bajas Emisiones, sino también de la licitación del nuevo transporte público, que tenemos pendiente y que vamos a resolver en estos dos años que quedan de legislatura. Más allá de eso, lo que marca la Zona de Bajas Emisiones es un compromiso de reducción de gases contaminantes en las ciudades, y Gandia tiene que estar ahí porque supera los 50.000 habitantes.
En todo caso, cómo se perfilará esa Zona de Bajas Emisiones se definirá en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, que es el paraguas bajo el cual trazaremos la hoja de ruta de lo que debe ser la movilidad presente y futura de la ciudad para las próximas décadas. Desde ese plan se definirá también la Zona de Bajas Emisiones.
Gandia ya cuenta con un buen punto de partida, que es ese centro histórico peatonal que ya delimita una zona donde el tráfico rodado está muy restringido, y donde, además, ya tenemos un espacio con menores emisiones contaminantes de CO₂.
Por tanto, seguimos trabajando. Estamos aún en la redacción del Plan de Movilidad Urbana Sostenible y de la Zona de Bajas Emisiones. Ya se ha firmado el contrato para su redacción y hay un plazo razonable para poder presentar ambas cosas de forma integral: tanto el plan como la zona de bajas emisiones. Todo eso se unirá a la adjudicación del contrato del transporte público.
¿Cómo valoran la respuesta de la ciudadanía a las peatonalizaciones y la humanización de espacios públicos?
Creo que más humanización, o la conquista del espacio público para las personas, siempre es un reto que en Gandia sabemos afrontar. Y bueno, también hemos hecho partícipe a la ciudadanía de que cuando el espacio público es confortable y amable, ganamos todos. Especialmente si somos capaces de incorporar elementos de humanización como arbolado, que reduce la temperatura ambiente y también la temperatura en las viviendas, zonas de sombra o espacios con mejor accesibilidad, lo que beneficia a todos los ciudadanos y ciudadanas.
Es un camino en el que tenemos que insistir y persistir. Algunas veces lo hemos hecho con más acierto que otras. Es evidente que, como humanos que somos, a veces a posteriori tomaríamos ciertas decisiones de forma distinta. Pero creo que, en conjunto, podemos estar satisfechos con las urbanizaciones de plazas y calles: más de 20 en lo que llevamos de mandato. Y creo que han dejado en mejores condiciones y han convertido en espacios de oportunidad todas esas zonas de convivencia y del espacio público que hemos recuperado para los ciudadanos.
Eso sí, hay que encontrar el equilibrio entre los usos de la ciudad: entre zonas más abiertas al tráfico y otras más restringidas, pero no por eso menos útiles. Creo que la dirección que está tomando la ciudad está clara.

¿Cómo se puede mejorar la convivencia? ¿Cómo reducir las conductas incívicas?
Las normas están para garantizar la convivencia y el respeto, y la sanción siempre debe ser el último paso. Creo que, antes de llegar ahí —y en eso estamos— hay que hacer mucha pedagogía sobre cómo mejorar la convivencia en lo que es de todos, en beneficio de esa inmensa mayoría de ciudadanos que cada día hace las cosas bien. A esa mayoría es a la que debemos premiar: la convivencia y el respeto por lo público deben ir en esa línea, en reconocer a quienes cumplen con las normas y actúan con responsabilidad.
Lo que ocurre es que hay una minoría que no actúa con el civismo necesario y no cuida lo que es de todos. Por eso hemos tenido que dar ese último paso: el de modificar las ordenanzas para tipificar como graves ciertos comportamientos que, lamentablemente, se repiten. Y hablo, por ejemplo, de los problemas que genera el abandono de enseres en la vía pública, pese a que tenemos un excelente servicio de recogida que empieza a verse saturado por intervenciones extraordinarias que no están programadas, cuando sería tan sencillo como llamar al servicio de transporte y acordar la recogida en el horario establecido.
Esto se extiende a otros temas como el mantenimiento, la limpieza o el decoro del espacio público. Por eso se ha modificado la ordenanza, y ahora daremos un tiempo de adaptación, una aplicación gradual, pero creemos que funcionará.
Lo mismo con el padrón. Ya estamos trabajando con los grupos políticos en una ordenanza del padrón municipal, algo que Gandia no ha tenido nunca, y que pocas ciudades tienen. Queremos que, a la hora de empadronarse en una vivienda, sea necesario contar con la autorización del propietario, para ofrecer más garantías y evitar posibles fraudes. Y quiero dejar algo claro: Gandia cumple escrupulosamente con la ley. Todo lo que se hace en materia de padrón se hace con absoluta legalidad. Pero, aún así, es posible ser más garantistas para evitar que nadie —ni ciudadanos ni administración— se vean afectados por prácticas fraudulentas.
Gandia volverá a tener trinquet.
Gandia ha conseguido legalizar lo que era ilegal: una infraestructura construida sobre un suelo que, en su momento, no era compatible con un uso deportivo. Hoy ese suelo sí es compatible, el proyecto de obra es legal y eso es garantía de que lo hemos hecho bien, aunque haya llevado más tiempo del que hubiéramos querido, por haberse judicializado el tema, tanto por parte del pueblo de Benirredrà como de los vecinos afectados.
Yo respeto profundamente a los vecinos. He ido a pedirles perdón personalmente, porque creo que las cosas con los pueblos vecinos no se hicieron como debían. Pero tampoco estoy aquí para cambiar lo que ya se hizo, ni para derribar lo que no construí. Ahí se han invertido muchos recursos públicos, y creo sinceramente que no tenía sentido derribar el trinquet. Lo que había que hacer era legalizarlo, y eso es lo que hemos hecho.
Una vez alcanzado ese punto, y ganados todos los contenciosos judiciales, lo que toca ahora es cumplir con los procedimientos restantes. En cuanto se nos autorice, redactaremos el proyecto para terminar la obra y ponerla en funcionamiento, probablemente mediante una licitación para ver qué entidad gestiona el espacio. Nuestro objetivo es que Gandia vuelva a ser capital del raspall, después de muchos años en los que hemos tenido que corregir lo que se hizo mal.
Respecto a los plazos, prefiero ser prudente. Hemos tenido muchos obstáculos judiciales y administrativos, así que es mejor no dar fechas concretas, pero sí puedo asegurar que lo importante es que esto acabará bien.
Los últimos plenos están siendo muy «intensos»…
He estado estos días trabajando con los portavoces de los grupos en posibles pactos, y uno de ellos es un acuerdo de ciudad. Estoy convencido de que llegaremos a él. Se trata de un Pacto por la Buena Política, y eso implica no solo respetar el turno de palabra en el Pleno, sino convertir ese espacio en un órgano de debate y argumentación desde los disensos. Porque en democracia es natural disentir, pero muchas veces esos desacuerdos pueden servir para construir consensos en beneficio de Gandia.
Si todos tenemos claro que Gandia está por encima de cualquier otra consideración, será más fácil alcanzar acuerdos. Nos debemos a la ciudad y a nuestros vecinos y vecinas, a todos, hayan votado a quien hayan votado. Creo que eso es fundamental. Este tipo de pactos son muy útiles para entender que sí es posible llegar a acuerdos, y que el primero debe ser: tener una buena relación política, aún desde las diferencias, pero argumentando sin crispación, sin broncas, alejando a Gandia del espectáculo político que, lamentablemente, estamos viendo en otros niveles.
¿Es optimista?
Yo no soy ni optimista ni pesimista. Creo que mi obligación es intentar alcanzar grandes acuerdos, no grandes en lo grandilocuente, sino grandes en lo útil, acuerdos que sirvan para mejorar la vida de los ciudadanos. Pactos que nos permitan avanzar y consolidar la estabilidad política que como gobierno hemos ofrecido, pero que también deben formar parte del conjunto de decisiones compartidas con el resto de fuerzas políticas.
Por ejemplo, ¿por qué no podemos llegar a un gran pacto sobre vivienda? Es uno de los principales problemas de la ciudadanía. O sobre infraestructuras, firmando entre todos un plan común que marque la hoja de ruta de las infraestructuras necesarias para Gandia durante varias legislaturas. Porque hay cuestiones que van más allá de un solo mandato.
Tenemos que ser capaces de apartar la escenificación política. La política no debería ser un teatro. En los últimos plenos ha habido demasiada escenificación. Mi responsabilidad es garantizar una cierta moderación, equilibrio y sentido de la medida en el debate público. Apostar por un debate productivo, sobre todo este verano, que es un buen momento para reenfocar la conversación pública.

¿Cómo afronta Gandia esta temporada turística?
Creo que Gandia afronta esta temporada turística en buenas condiciones, gracias al gran trabajo conjunto entre la administración y el sector turístico. Lo vemos en la fidelización de turistas en meses que antes no eran fuertes —la desestacionalización—, o en el aumento de más de un 30% en turistas extranjeros en los últimos años.
Además, hemos potenciado los eventos deportivos, y seguimos sumando atractivos a un destino que ya cuenta con un patrimonio natural, cultural, ambiental y gastronómico extraordinario. Siempre lo digo: tenemos la mejor playa del mundo.
A eso le sumamos valores clave como la calidad del destino y la sostenibilidad, avalados por certificaciones y planes turísticos. Todo ello configura una imagen de destino sólido, competitivo y con mucho margen de crecimiento. Las buenas cifras de pernoctaciones previas al verano así lo indican, y ahora nos toca seguir mejorando lo que ya hacemos bien, reforzando alianzas que sumen al trabajo común. En resumen: Gandia está en una posición fuerte y tenemos recorrido para más.
Gandia quiere ser una ciudad más universitaria…
Gandia es una ciudad universitaria desde hace más de 500 años. Esa vocación se recuperó con la llegada del campus de la Universitat Politècnica de València y la Universitat d’Estiu de la Universitat de València. Son ejemplos de una buena relación entre universidad y ciudad, y de oportunidades para que nuestros jóvenes puedan formarse sin tener que irse lejos.
Estamos en un momento de expansión de la oferta universitaria. La UPV está creciendo, ayudando en el desarrollo del campus y con proyectos como el pabellón Gandia Arena. Y la Universitat de València también está dando pasos importantes: en septiembre u octubre firmaremos un protocolo para que, en el curso 2026-2027, haya másteres oficiales de la UV en Gandia.
Eso permitiría que la UV ocupase prácticamente todo el edificio del Tossal. Empezamos por los másteres, pero mi deseo como alcalde es que en un futuro podamos tener también grados oficiales de la Universitat de València en Gandia. Me gustaría que incluyéramos ramas como la sanitaria. Creo que estamos en condiciones de ampliar la oferta universitaria y consolidar Gandia como una ciudad universitaria, también por su oferta académica de grado y posgrado.
¿Se presentará en 2027 como candidato a la Alcaldía?
Hay un proceso interno. El Partido Socialista tiene sus tiempos, y ahora mismo no estamos en el momento de elegir candidatos a la Alcaldía. Estamos eligiendo a los secretarios generales. En mi caso, solo puedo dar las gracias por la confianza renovada de militantes y simpatizantes, que me han vuelto a elegir por unanimidad para ejercer esa responsabilidad.
Los partidos tienen sentido cuando gobiernan y transforman la realidad desde las instituciones, ofreciendo calidad de vida y oportunidades a los ciudadanos. Y eso requiere un equipo, un proyecto político sólido y abierto a todas las formas de pensar.
Sobre si volveré a ser candidato: no es el momento de anunciarlo, pero es evidente que el proyecto político que represento aún no está terminado. Requiere más tiempo para culminarse, y me gustaría poder hacerlo. Pero eso ya lo decidirá el partido en el momento oportuno.

