La Iglesia generadora de datos

- Publicidad -
- Publicidad -

Es obvio si digo que la sociedad está altamente comunicada. Constantemente encontramos métodos, formas, canales que vienen a propiciar la comunicación entre personas. No es extraño que los estrategas del marketing y de la publicidad, ante la efusión de mensajes y la digitalización de los canales, hayan encontrado en la informática un aliado para el estudio de datos. Estos datos – cookies – ayudan a las empresas, entidades y sociedades a saber ofrecer el producto que quizás el usuario necesita. Por ejemplo, nosotros con el buscador en internet (principalmente Google), generamos datos, los producimos al buscar informaciones o al mantener conversaciones sobre ciertos temas. También los vídeos que visualizamos, así como las publicaciones que hacemos o los perfiles que seguimos en redes sociales, añadiendo los “me gusta” o “comentarios” que vamos realizando generan datos y contenido. Automáticamente vemos que hay aplicaciones que nos ofrecen anuncios de lo que hemos buscado e incluso hablado. Nos demos cuenta o no, cualquier click que hagamos en el aparato electrónico abierto a internet y tras haber concedido los debidos permisos (por Ley europea), nos convertimos en una fuente de información que, muchos para su negocio, han sabido y saben aprovechar.

Como toda entidad la Iglesia es una gran generadora de datos. Sus archivos milenarios y centenarios almacenan numerosas informaciones sobre la vida, el pasado de los pueblos y de las personas. Estos han sido y son fuente para muchos investigadores. Pero quizás a esos datos no les estemos sacando el mayor provecho posible. Constantemente en las parroquias, asociaciones, grupos, entidades… estamos almacenando datos de todo tipo: partidas sacramentales, expedientes matrimoniales, matrículas para cursos, inscripciones… La utilización de estos datos por parte de la Iglesia, tras obtener el debido permiso de los usuarios, sería de gran provecho para la difusión de mensajes o la canalización de nuestras informaciones.

Me consta que muchas parroquias y grupos eclesiales han tomado partida en el cumplimiento de la protección de datos e imagen, ahora también, en la prevención de los abusos. Son muchas las entidades católicas – las que hacen bien las cosas – que a la hora de recibir informaciones o realizar matrículas – sobre todo en el caso de menores – ofrecen a los padres cumplimentar fichas que otorgan estos permisos para el uso de los datos e imágenes según Ley. Todos los que participamos en la vida de la Iglesia, y sobretodo aquellos que tenemos relación con menores, hemos certificado que no tenemos delitos de naturaleza sexual. Certificado expedido, en el caso de España, por el Ministerio de Justicia.

Aún así considero que estos datos que quedan almacenados en los casos de partidas y documentos sacramentales, y en otros, como es el caso de inscripciones, pasado el tiempo estipulado por la Ley, son destruidos. Quizás se les podría sacar un mayor partido. 

El estudio de los mismos nos daría la posibilidad de estudiar los perfiles de la gente que acude a la Iglesia, mejorar nuestros mensajes, producir la información adecuada para ellos, es decir, aprovechar los canales de difusión que hoy la tecnología nos ofrece para poder mostrar el gran “producto” que tenemos: Jesucristo.

La campaña «X Tantos» de la Conferencia Episcopal Española o las diversas campañas publicitarias que viene realizando la Asociación Católica de Propagandistas en España (ACdP), es un fiel reflejo de ello. Estas dos entidades, han aprovechado muy bien las técnicas actuales del marketing y de la publicidad.

La primera de ellas, la campaña «X Tantos» ha conseguido acrecentar las X marcadas en la declaración de la Renta, mostrando al mismo tiempo la gran labor que realiza la Iglesia en España. No se pierde el horizonte, pues lo que importa no es recoger más dinero, sino dar a conocer a toda la ciudadanía la enorme labor que realiza la Iglesia de España en bien de la sociedad. Y esa labor produce sus frutos (a los datos me refiero).

La segunda, las diversas campañas publicitarias la ACdP en España, muestran una contraposición al fenómeno intencionado del cambio cultural. Aquí me voy a detener un poco más… Hoy asistimos a una proyección de nuevas ideologías, por una parte, tenemos las ideologías neoliberales que vienen a promover sólo el sentido material y económico como fin de prosperidad para el hombre. Por otra parte, están las ideologías neomarxistas, donde el materialismo filosófico se expone en la utilización de la persona humana sin ninguna trascendencia hacia lo divino. La religión pasa a ser parte de la vida privada de las personas y se promueve la destrucción y utilización de la persona como si de un objeto se tratase, y, sí, se justifica bajo el prisma de derechos (baste observar la argumentación en favor del aborto o la eutanasia). A esta nueva filosofía materialista hay que añadir la destructora ideología de género, que viene a promover una lucha nueva de “clases”: entre hombres y mujeres, entre heterosexuales y homosexuales, entre derechas e izquierdas… Esta lucha por el clamor de derechos nunca será positiva, pues siempre nos llevará al conflicto y a la confrontación. 

Precisamente el pensamiento cristiano es todo lo contrario. Jesús nos habló de amor y unidad, de comunión y esperanza. El cristiano construye su vida mirando al Cielo. No hay posibilidad de vivir la vida al margen de la voluntad de Dios. La revelación de la fe, así como el descubrimiento de la presencia de Dios en la vida humana, no nos puede llevar a la reducción de esta fe al ámbito de lo privado. Somos cristianos tanto «hacia dentro», como «hacia afuera». Dios configura toda nuestra persona y no se trata de una ideología, sino una revelación que hemos descubierto en el devenir histórico de nuestra vida.

La ACdP viene realizando diversas campañas que promueven en la cultura y a través de las técnicas de publicidad, el pensamiento y la propuesta cristiana para la sociedad. Lo hacen sin ningún miedo, con una calidad exquisita… A todos nos han sorprendido las campañas para contraponer el Halloween en favor de la santidad o, en estos días, la promoción de la mujer en la vida de la Iglesia con la figura de la Sierva de Dios, la histórica reina Isabel la Católica. 

Las ideologías de este mundo, no sólo buscan encasillar a Dios en la vida privada del hombre, sino que quieren promoverse a través de la cultura y la educación. Baste observar las leyes ideológicas que se han venido tramitando en estos últimos decenios y, como se carece en España de un profundo pacto en educación. Esta carencia de pacto de educativo se expone con ataques constantes a la libertad de los padres en la educación de los hijos (principalmente en materia de una mal llamada educación sexual) o a la garantía libre del proyecto educativo como supone la escuela concertada. 

Delante de este panorama nos vendría muy bien aprovechar los datos que en la Iglesia vamos obteniendo, abrir los parámetros a nuestra manera de anunciar el Evangelio, y adaptar los mensajes para que el pueblo y la ciudadanía en general, puedan conocer, como conocemos nosotros, la grandeza del Evangelio. 

Alguna parte de la Iglesia ya ha comenzado a hacerlo, pero mucho trabajo tenemos por delante. ¿Cómo convencernos que ello sería provechoso para la difusión de la fe?

- Publicidad -

ÚLTIMAS NOTICIAS

- Publicidad -
- Publicidad -

TE PUEDE INTERESAR...

- Publicidad -

Escribe tu comentario