La adicción es una gran dependencia a sustancias o actividades nocivas para la salud que crean problemas físicos, de socialización, trabajo y familiares a las personas que la sufren. Se trata de una enfermedad mental que hay que tratar como tal. A pesar de ser un problema tabú en la sociedad, lo cierto es que hay cada vez más personas que la sufren.
La Asociación Mosaic nació en el 1997 para responder a la necesidad de la sociedad de tratar y ayudar a personas con grandes problemas de adicción, en su momento, a la heroína. Tras mucho trabajo, momentos duros y perseverancia, actualmente cuentan con dos viviendas -una para hombres y otra para mujeres- donde poder atender y ayudar a «crear una nueva vida» a las personas que quieren salir de la adicción y recuperar su camino.
Hablamos en Som Gandia con José Juan López, presidente de Mosaic y Begoña Estruch, equipo educativo de la asociación, sobre las adicciones, las ayudas y el trabajo tan sacrificado y satisfactorio que lleva realizando la Asociación Mosaic durante más de 25 años.
- Llevan 25 años trabajando para ayudar a personas con problemas de adicción. ¿Con qué recursos cuenta actualmente Mosaic?
Begoña Estruch: A día de hoy tenemos dos viviendas. Una es para atender a hombres con conductas adictivas y la otra es para atender a mujeres que puedan tener conductas adictivas o, si no las tienen, que tengan otras situaciones de riesgo de exclusión. Lo que ofrecemos en esta vivienda es dar un apoyo personal para poder desarrollar con ellas los elementos necesarios para vivir en la sociedad a todos los niveles.
Les hacemos un acompañamiento durante todo el tiempo que necesitan, que suele ser un año o año y medio, en el que vamos acompañándoles para que construyan buenos cimientos a nivel de salud, emociones, relaciones sociales, familiares, temas judiciales, formación laboral… Es un trabajo muy integral que se realiza de manera muy individualizada con las personas que viven allí.
En la vivienda lo que trabajamos son todos los ámbitos de la vida y el tema de adicciones concretas es lo que trabajan en el Centro de Día de Proyecto Hombre.
- La vivienda de mujeres es el «sueño» de la asociación…
B.E.: La ilusión de la asociación de toda la vida era montar un recurso específico para mujeres, ya que la atención es diferente para cada caso y porque el tratamiento en un grupo mixto no es práctico. Cuando ellos viven juntos tienden a abandonar o buscan el calor humano y surgen parejas que dificultan la realización de un trabajo serio.
Yo, que he conocido a muchísimas personas desde 2003 que hoy en día ya no están porque han fallecido, hace más ilusionante este proyecto. Es algo inexplicable con palabras. La satisfacción que tengo no es tanto de estar viéndolo yo, sino de haber conseguido que ahora sea una realidad aquello que yo presencié de las personas que tenían tanta ilusión y que hicieron tanta fuerza para que fuese una realidad.
José Juan López: Hay personas que lucharon mucho por la asociación que ojalá pudieran verlo, como Vicent Pla o Isabel Ribes. Son muchas personas significativas que estuvieron en los inicios y nos encantaría que hoy estuvieran aquí para ver el punto en el que se encuentra la asociación. Todas las Juntas Directivas que han pasado por Mosaic querían que la vivienda Alba estuviera disponible para ayudar y, a día de hoy, gracias a la Conselleria y a las trabajadoras ya está en marcha.
- ¿Y qué ayuda económica recibe la asociación?
J.J.L.: Hasta hace algo más de un año las personas que vivían en el piso realizaban una aportación de 200 € al mes. Ahora tenemos un concierto con la Generalitat, tanto para la vivienda de hombres como la vivienda Alba, que es la de mujeres, y no pagan nada.
La vivienda de hombres está cedida por el Ayuntamiento de Gandia, que no es la vivienda inicial con la que empezó la asociación Mosaic. La vivienda Alba, ha estado parada durante mucho tiempo porque la asociación económicamente no la podía gestionar. Gracias al nuevo concierto de la Generalitat hemos podido recuperar esa vivienda inicial para las mujeres.
- ¿Qué supone este nuevo concierto para la asociación?
J.J.L.: Hemos estado unos años actuando un poco como “de ir por casa”, porque la mayor parte de la gente que estaba en la asociación era voluntaria, no había conocimiento del entorno y se hacia lo que sonaba que se podía hacer bien para ayudar. Mosaic poco a poco ha ido evolucionando, ha llegado a ser una asociación de utilidad pública con planes de prevención, de igualdad, sello de calidad… Todos los pasos que obliga la Generalitat para poder acceder a este concierto. Los trabajadores han estado varias años trabajando duramente para documentar todo lo necesario y poder recibir estas ayudas.
Las ayudas que hemos recibido de alguna administración o entidad bancaria han sido buenas, pero hemos ido un poco justos y en algún momento hemos tenido problemas económicos graves de ver en peligro la supervivencia de la vivienda. Ahora en este momento está asegurada la superviviencia de ambas viviendas y la continuidad del personal contratado.
B.E.: Somos conscientes también que este momento “de miel” en el que estamos ahora puede ser que no sea para siempre. Pero hemos aprendido a no tirar la toalla en esos momento de crisis en los que nos planteamos cerrar por falta de recursos, pero gracias a no hacerlo y tener que seguir, nos encontramos ahora tan bien. Somos conscientes de que pueden volver los momentos difíciles, pero estamos capacitados para afrontarlos.
- ¿Cómo se trata la adicción?
J.J.L.: Es una reeducación total, es como si volvieras a nacer y tienes que volver a plantearte tu vida fuera de las adicciones. Tienes que romper con todo y volver a empezar, porque la enfermedad siempre está ahí rondando. Cuando has llegado la necesidad de ir a una vivienda y desconectar durante un año y medio de todo, el entorno está muy dañado. Hay que desconectar del entorno, de las amistades y trabajar mucho más otro tipo de amistades y la familia, que son las que ayudan a salir.
B.E.: Ellos tienen una esencia, y eso ni podemos ni queremos cambiarlo, se trata de que ellos aprendan otras formas de relacionarse y que se den cuenta de lo que están haciendo y cómo lo hacen en cada momento. Que se responsabilicen de sus actos a todos los niveles, y que si estamos activos y vamos haciendo, recogemos los frutos. Si estamos pasivos, nos quedamos estancados. Hay cosas que no hay que cambiar, sino mejorar, y enriquecer lo que ya tienen..
- Vivimos en una «cultura del alcohol», ¿cómo afecta a las personas adictas?
J.J.L.: Uno de los problemas a los que se enfrentan los adictos es que la bebida está muy normalizada en todos los sentidos. En procesos de terapia mucha gente pregunta si no se puede tomar una copita de vino, pero el problema es que ellos no son solo de una, el cerebro enfermo va a pedirle más.
B.E.: Es como los fumadores, si dejan de fumar no es recomendable darle una calada a un cigarro, porque es una recaída. El entorno afecta porque está excesivamente normalizado el consumo de alcohol y otras sustancias de una forma abusiva incluso para personas que no tenemos conductas adictivas. Y, una vez desarrollada la adicción, es que mires donde mires hay alguna mesa con personas consumiendo alcohol, sobre todo en esta ciudad que está llena de terrazas. A cualquier hora del día se bebe, y esto afecta porque puede ser un disparador para que ellos puedan recaer.
J.J.L.: También nos hemos dado cuenta de que actualmente el consumo de alcohol en la sociedad ha crecido, y ha comenzado a producirse a una edad mucho más temprana, afectando gravemente al cerebro de las personas. Hay que ser muy conscientes de que la enfermedad mental la tenemos todos, pero solo nos falta la chispa y eso hace que tengamos muchas más papeletas para que se encienda esa chispa.
- ¿Qué son los voluntarios para Mosaic?
José Juan: El corazón de Mosaic son los voluntarios. Hoy en día el trabajo nos absorbe, y buscas un momento de escape. Hay voluntarios que cogen un tren desde Alicante y vienen a ayudar a esta gente. Eso es muy bonito.
Begoña: Son la esencia, sin ellos no podría ser posible el recurso. Aunque las personas que viven en los pisos lo hacen de forma voluntaria, tener a una persona que haga la figura de responsable o de autoridad les ayuda a que puedan tener el cumplimiento de la normativa. Necesitan estar protegidos y eso es imposible hacerlo con todo personas contratadas.
Son esenciales también porque así las personas que viven en el piso pueden conocer a todo tipo de personas diferentes que llevan una vida corriente, con sus problemas, pero que no por ello se hunden y siguen trabajando. No me gusta decir que son como ejemplo, pero hace que abran la mente y vean más allá.
Además el voluntario puede hacer tres trabajos: las guardias nocturnas, donde tienen un trato más relajado con las personas que viven en el piso, entonces el voluntario nos puede contar las actitudes que tienen durante la noche y en relación a los demás; otros ofrecen talleres o actividades específicas con ellos; y las actividades fuera de la vivienda como excursiones, visitas culturales tanto entre semana como el fin de semana.