Se trata de un nuevo proyecto educativo ambiental impulsado por el gobierno y coordinado con los colegios de la ciudad. El alumnado recibirá periódicamente un Pasaporte Ciclista Escolar que irá sellando hasta completar 25 casillas con el sistema que determine cada centro. Antes de las vacaciones de Navidad, Pascua o verano recibirá una pequeña recompensa y un reconocimiento público.
El pasaporte también incorpora consejos para ser un buen eco-ciclista, como por ejemplo el uso del casco, el tipo de vía para la conducción, seguridad, etc.
Las fotos pertenecen al ceip Botànic Cavanilles y Roís de Corella sobre sus primeros días de uso del pasaporte escolar. Se ha pasado de 3-4 bicis a 12-17.
“Queremos reconocer el esfuerzo de los niños y niñas que van a la escuela en bicicleta, porque esto genera hábitos saludables, ecológicos y evita el colapso de tráfico, con el consecuente estrés tempranero para el alumnado y sus padres. También representa un importante ahorro económico. Estos niños y niñas dan ejemplo y visibilidad al uso de la bicicleta como alternativa de movilidad en una ciudad con una orografía plana y un clima idóneos”, ha asegurado Ródenas.
Previamente, desde el Departamento de Movilidad Sostenible se está dotando de aparcamiento de bicis a los patios de las escuelas donde técnicamente ha sido posible.
También hay que recordar que, paralelamente a esta iniciativa, desde el departamento de Tráfico y Movilidad se ha implantado de forma experimental desde el inicio del curso las rutas escolares seguras, libres de coches, en los accesos y inmediaciones de los centros educativos. Ya funciona en los CEIP Roís de Corella y Joan XXIII (Grau) y la idea es extenderlas progresivamente al resto de escuelas.