Las obras de restauración del campanario de la Colegiata comenzaron en febrero del 2024 y permitirán que este elemento emblemático de la ciudad recupere su esplendor del siglo XVIII y se puedan apreciar las diferentes etapas de construcción que datan de finales del siglo XIII.
El alcalde de Gandia, José Manuel Prieto, junto a la primera teniente de alcaldía y concejala de Patrimonio, Alícia Izquierdo; el concejal de Urbanismo, Vicent Mascarell; el Abad de la Sede, Ángel Saneugenio; el arquitecto de la Colegiata, Jesús Roche; el arquitecto municipal, Josep Lluís Mendoza, y el director arqueológico y supervisor técnico, Joan Negre, entre otros han visitado el estado actual de la construcción.
Con cautela pero con satisfacción, el alcalde ha constatado que las obras avanzan a buen ritmo. «Lo más importante es que la obra está cumpliendo con los plazos. La ejecución tiene una duración de 18 meses, y probablemente para Navidad ya tendremos una parte importante terminada, especialmente en la fachada exterior de las cuatro caras del campanario. Sin embargo, la finalización total no será hasta julio del año próximo». Así, si todo marcha bien y la seguridad está garantizada, en julio de 2025 el campanario podrá ser visitado parcial o completamente.
La intervención, acordada con la Fundación para la Restauración de la Colegiata de Gandia, ha contado con un presupuesto de más de 687.600 euros, con la participación del Ayuntamiento de Gandia, la Generalitat Valenciana y la Diputación de Valencia. Este proyecto fue posible gracias a un acuerdo alcanzado en la pasada legislatura entre el Consistorio, la Fundación, la Diputación y la Generalitat, que se ha mantenido con los gobiernos actuales.
Cabe destacar que las actuaciones incluyen una nueva iluminación y la restauración tanto del exterior como del interior del campanario, con el objetivo de que una parte de él sea accesible al público, sumándose así a la oferta cultural de Gandia.
«No puedo más que felicitarme porque los gandienses estrenamos una nueva imagen del campanario, que es la original del siglo XVIII, gracias a la profunda reforma realizada por el fraile Trotonda, un maestro de la ingeniería. Es un orgullo para la ciudad poder poner a disposición de todos los visitantes esta estructura singular», afirmó el alcalde.
Por su parte, la concejala de Patrimonio recordó que el estudio arqueológico previo al inicio de la restauración se llevó a cabo en 2023, permitiendo documentar todas las fases del campanario y diseñar la estrategia de restauración. Además, se identificaron y protegieron grafitos de la Guerra Civil y anteriores, que han sido integrados en la obra.
«Debemos sentirnos muy orgullosos del trabajo patrimonial que se está realizando en la ciudad. Recordemos que también estamos restaurando la Capilla de la Asunción y llevando a cabo otras obras importantes. Gandia está valorando su patrimonio de manera evidente y con una inversión considerable, promoviendo también el turismo», añadió.
Actuación en dos partes
Las obras de restauración del campanario comenzaron en febrero de 2024, con una primera fase de eliminación de elementos impropios (cables, hormigón, anclajes de hierro, etc.) y el repicado de todos los enlucidos modernos del interior para recuperar la imagen original del monumento. La intervención se divide en dos partes: el cuerpo inferior, hasta la cornisa, resultado de las obras de Jaume II, Alfons el Vell y Maria Enríquez, quedará enlucido exteriormente y con la piedra a la vista. La parte interior también quedará sin enlucir, mostrando la obra de tapia, mampostería y sillar.
La otra parte corresponde al cuerpo superior, por encima de la cornisa, obra de Onofre Trotonda entre 1756 y 1768, donde se restaurará la baldosa con la que está construida, recuperando los enlucidos originales y las decoraciones pictóricas en sus muros y elementos ornamentales.
Dificultades técnicas
Jesús Roche explicó que las obras en la parte visible del campanario se retrasaron un poco debido a la dificultad en el montaje del andamio, que consta de 25 niveles. «Diseñamos una estructura capaz de soportar todo el andamio, que pesa casi 10 toneladas. Para esto, aprovechamos los vacíos abiertos en la fase medieval del edificio, que tiene dos etapas: una del siglo XII-XIV, posterior a la conquista y fundación de Gandia, y otra de finales del XIV y principios del XV, con un añadido en la época de Maria Enríquez».
Roche añadió: «En la primera fase constructiva, todo está hecho de piedra. En la segunda fase, del siglo XVIII, la ampliación se hace en baldosa y los 12 agujeros se cegaron. Con la colaboración de la cátedra de Estructuras de la Universidad Politécnica, realizamos un estudio estructural que aseguró que no había problemas de estabilidad para reabrir esos agujeros, permitiendo apreciar el campanario como nunca se ha visto en Gandia, en su estado anterior al XVIII».
«Ahora podemos trabajar mejor y analizar el exterior, algo que no se había hecho antes. Hemos encontrado puntos con color, agujeros que muestran el acceso para conservar el reloj hecho por Maria Enríquez, y estamos conociendo más sobre este edificio histórico, que se remonta a la fundación de Gandia en el siglo XIII y ha perdurado hasta hoy». La restauración permitirá conocer la historia de la ciudad a través del campanario.