Una vez más, Gandia ha sido testigo de las festividades en honor a su Patrona, la Mare de Déu dels Desamparats. Tanto la Asociación de la Mare de Déu como la Insigne Colegiata de Gandia expresan su agradecimiento a todos los colaboradores y participantes, destacando el fervor, la devoción y la fe demostrados hacia su Patrona.
Durante los días de Novena, el ambiente ha ido preparando el terreno para las celebraciones, con una creciente afluencia de personas que culminó en un fin de semana repleto de actos y fieles.
El sábado, las Fallas de Gandia se unieron a la Misa para niños y realizaron una ofrenda, seguida de la entrega de la insignia de la Mare de Déu a las Reinas Infantiles, incluida la Fallera Mayor Infantil, Daniela Serralta Miñana. Posteriormente, se entonó la solemne Salve a la Mare de Déu dels Desamparats, marcando el inicio de la Misa vespertina, que atrajo a una multitud de fieles a la Colegiata de Gandia. Tras la Misa, se llevó a cabo el besamanos, donde numerosos devotos expresaron sus plegarias y ofrecieron sus intenciones más íntimas a la «Geperudeta».
Por la tarde, alrededor de las 20:30 horas, se presentó una novedad para el año 2024: la primera Ronda a la Mare de Déu. La Asociación «Rebombori» deleitó a los asistentes con sus cantos y bailes frente a la Puerta de Santa María de la Colegiata de Gandia.
El domingo 12 de mayo fue el día principal de la fiesta. La Misa de Pontifical, celebrada a las 11:30 horas en la Insigne Colegiata de Gandia, contó con la presencia del alcalde José Manuel Prieto, diversas autoridades, representantes y fieles, así como las Falleras Mayores de Gandia, Marta Lozano Pérez y Daniela Serralta Miñana, acompañadas por miembros de la Federació de Falles y la Junta Mayor de la Semana Santa.
En su homilía, el Abad de Gandia, Ángel Saneugenio, recordó que un 12 de mayo de 1882, el Ayuntamiento de Gandia declaró a la Mare de Déu dels Desamparats como Patrona de la ciudad, haciendo hincapié en su papel como «protectora de los pobres».
Por la tarde, se llevó a cabo la solemne procesión, donde cientos de fieles demostraron una vez más su devoción hacia la «perla del Serpis», como cariñosamente se conoce a la Mare de Déu en Gandia.