En las raíces más profundas de la Semana Santa de Gandia, y de la Hermandad de la Santa Faz, encontramos a Salvador Domingo, quien desde su juventud ha tejido su vida con los hilos de la devoción y el compromiso cofrade. Como el actual Hermano Mayor de la Hermandad de la Santa Faz, Salvador nos invita en esta entrevista a realizar un viaje a través de los recuerdos y los cambios que ha presenciado la hermandad a lo largo de más de seis décadas.
- Salvador Domingo, podemos decir que es un “cofrade de cuna”.
Mi historia en la Semana Santa se remonta nada menos que al año 1960, que es cuando me di de alta en la hermandad. Y me di de alta en la hermandad por el hermano de mi padre, que era uno de los fundadores.
Actualmente, si mi memoria no me falla, soy el más antiguo de la hermandad, no el más viejo en cuanto a a edad, pero sí el más antiguo en cuanto a estar dado de alta.
- Durante toda esta trayectoria cofrade, ¿qué cargos ha ostentado?
Pues anteriormente ya fui Hermano Mayor, junto con mi mujer que fue camarera de la Hermandad. Fue sobre el año 1980 y fue una época de transición, pues la anterior camarera dejó su cargo y lo ocupó mi mujer. En ese momento acordamos que el Hermano Mayor sería elegido cada cuatro años y sería él el que elegiría a la camarera.
Ahora vuelvo a ser Hermano Mayor porque, la verdad, me hacía ilusión. Y también, entre otras cosas, es porque me hacía ilusión que mi nieta fuese la camarera de la Hermandad.
- En sus etapas como Hermano Mayor, la hermandad ha vivido cambios.
Uno de los principales fue en esa primera etapa, cuando se hicieron los nuevos estatutos y se institucionalizan todas las normas que ahora existen.
Me acuerdo que cambiamos también en mi época, en los años ochenta, los gorros de de la hermandad porque estaban pintados a mano y cuando llovía se ensuciaban y no se podían limpiar muchas veces a tiempo para la procesión.
- Y para esta Semana Santa, ¿presentan alguna novedad?
Nosotros estamos ahora un poco en transición, porque dentro de cuatro años celebraremos el 75 aniversario nuestro y estamos trabajando en cómo celebrarlo. Vamos a intentar echar un poco la casa por la ventana.
Pero de todas maneras este año queríamos instaurar una procesión nueva, un día dedicado a la hermandad, que está el día de la Santa Faz. Queríamos que coincidiera más o menos con el de la Santa Faz de Alicante, pero seguramente este año no va a poder coincidir.
Lo haremos, pero otro día. Ya tenemos más o menos instalados una serie de actos que vamos a realizar para celebrar ese día.
- ¿Cómo fomentan desde la Hermandad la relación entre cofrades?
Nosotros hemos sido siempre una hermandad que nos ha gustado bastante la fiesta. Lo que hacemos es que, desde que yo tengo uso de razón, hacemos el almuerzo del Viernes Santo, un almuerzo que es sufragado por la hermandad.
Después hacemos también a final de año una cena y ahora mismo estamos intentando celebrar por Navidad una cena de fraternidad.
- Y como hermano mayor, ¿qué destacaría de su Hermandad?
Destacaría una faceta un poco desconocida para los demás hermandades. Es que prácticamente todos los hermanos mayores que están todavía vigentes en la Hermandad forman parte de la directiva. Y esto se ha venido dando desde casi siempre.
- Cada hermandad cuenta con su «procesión especial». ¿Cuál diría que es la de la Santa Faz?
Para nosotros el acto más importante es el Via Crucis que hacemos el el Lunes Santo, que hacemos la misa de difuntos de la Hermandad y luego el Via Crucis. Creo que es el más representativo nuestro.
- Y, tras tantos años dentro de la Semana Santa, ¿qué diría que le aporta?
Yo nunca he pasado una Semana Santa fuera de Gandia. La Semana Santa para mí es una cosa especial.
Yo cuando cuando empiezo a oír tambores, se me ponen los pelos de punta. No sabría decir exactamente la expresión, pero llevo la Semana Santa por dentro. Además, da la casualidad de que yo también nací en Semana Santa, un Viernes Santo.