El piano se convierte en un espacio de encuentro cuando Marta Belenguer sube al escenario con Pianissimas, el conjunto de pianistas que reivindica el placer de hacer música a varias manos. Este 24 de octubre, a las 21:00 horas, inauguran el II Ciclo de Conciertos A la Llum de la Seu en la Colegiata de Gandia, un entorno único donde el público podrá disfrutar de un viaje musical con nombre de mujer. Antes de esta cita, hablamos con Belenguer sobre el origen del proyecto, la complicidad que se teje entre teclas y miradas, y la emoción de llevar a escena historias creadas por compositoras que merecen ocupar su lugar en la historia de la música.
– ¿Cómo nació Pianissimas y qué os llevó a crear un proyecto centrado en la interpretación a varias manos?
Nos conocemos, sobre todo, de trabajar en diferentes conservatorios, y de ahí surgió un día la idea de hacer música juntas. Todas somos, o hemos sido durante años, pianistas acompañantes en nuestros centros, porque nos gusta mucho compartir escenario con otros músicos, compartir esa magia del momento, ese hecho único en el que pueden pasar todo tipo de sensaciones.
Esta formación nos ofrecía, además, la libertad de poder arreglar música que no está escrita para otro tipo de agrupaciones —como hacemos en nuestro proyecto de Sinfonías Clásicas— y además acercar todo tipo de música a todo tipo de públicos.
Así que en 2020 nos embarcamos en este proyecto, grabamos un vídeo y, justo cuando lo lanzamos, en marzo, llegó el confinamiento por la COVID-19. A pesar de esto, nunca perdimos la ilusión y esperamos a que el mundo volviera a abrir espacios para un gran público. Aunque también hemos hecho conciertos muy íntimos, pocas personas alrededor del piano, y también han sido muy especiales. Como te digo, nos adaptamos a todas las situaciones y nos gustan mucho los retos.
– Tocar a cuatro, seis e incluso ocho manos requiere una coordinación muy especial. ¿Cómo os preparáis para lograr esa complicidad?
Creo que hay varios factores clave para seguir disfrutando tanto juntas. Personalmente, nos llevamos muy bien y no tenemos ningún problema en escuchar la crítica —siempre es constructiva— de la otra. Creo que esa humildad es necesaria para seguir años juntas con la misma ilusión del principio. Pero, además, nos comprendemos. Todas somos madres, con nuestros trabajos, nuestra vida personal, y cuidarnos entre nosotras es fundamental.
Es verdad que en el escenario tenemos una gran complicidad, nos lo dice mucha gente, pero creo que, en parte, es porque también la tenemos fuera. Nos entendemos musical y personalmente.
Para la coordinación trabajamos mucho juntas. Primero, cada una estudia su parte y luego quedamos para hacer ensayos y escuchar todo a la vez. Creo que esta es la parte más difícil, no por el ensayo en sí, sino por nuestro sudoku de horarios. Pero todas hacemos por encontrar ese tiempo. Y en ese momento viene otro tipo de estudio, donde analizamos qué líneas musicales queremos destacar más, cuáles menos, qué nivel sonoro queremos entre todas las voces, qué tempo, qué dedos ponemos para no molestarnos, qué voces debemos trabajar para buscar la sincronización, etc. Es un trabajo más musical, diferente del que haces cuando estudias tú sola tu parte, sin las demás voces.
– El programa de “Mujeres compositoras” rinde homenaje a autoras de distintos siglos. ¿Qué os inspiró a construir este recorrido musical?
Este repertorio surgió porque conocíamos partituras maravillosas de mujeres compositoras. Como sabes, la historia ha relegado a las mujeres a un segundo plano y, en la composición e interpretación, también. Así que quisimos dar a conocer esa música más escondida, menos conocida y con tanta calidad. Y creo que podríamos decir que es el proyecto que más nos piden. Con él hemos vivido al público de pie sin parar de aplaudir o que el técnico de sonido nos dijera que nunca se le habían puesto los pelos de punta. De verdad, es precioso.
– ¿Qué criterio seguisteis para seleccionar las obras y compositoras que forman parte del concierto?
Una vez seleccionada la temática, buscamos partituras, arreglos para cuatro manos o más, etc., y nos juntamos para tocarlas a primera vista. A partir de ahí empezamos a seleccionar. Desde luego, un criterio fundamental es que nos guste a todas.
Para el concierto de Mujeres compositoras, además, hemos buscado ofrecer música de todas las épocas, desde el romanticismo hasta la actualidad.
– ¿Hay alguna pieza o compositora del programa que os resulte especialmente significativa a nivel personal o musical?
Que yo sepa, alguna compositora particularmente significativa para alguna de nosotras no. Pero sí guardamos momentos: tanto momentos de ensayo o momentos juntas, como momentos en el escenario. Por ejemplo, cuando escuchas un “¡bravo!” antes de acabar, cuando escuchas un “ooohhhh”…
La verdad es que, como siempre elegimos un repertorio que nos gusta, es siempre especial, y cada concierto lo hace único.
– Este concierto inaugura el II Ciclo A la Llum de la Seu en La Colegiata de Gandia. ¿Qué significa para vosotras participar en este entorno tan singular?
Particularmente para mí es especial porque mi familia es de Tavernes y he venido mucho a Gandia, es una ciudad muy cercana para mí. Pero, aparte, este concierto es muy especial para nosotras por el entorno.
Hace unos meses, un día, estuvimos hablando de que nos gustaría hacer un concierto a la luz de las velas y, justo, poco después, contactó Juanjo con nosotras. Además, La Seu es todo un símbolo cultural y arquitectónico para la ciudad.
Tenemos muchas ganas de este concierto y queremos agradecer al Ayuntamiento de Gandia su propuesta y su implicación durante todo este tiempo.
– Vuestra propuesta combina música, sensibilidad y puesta en escena. ¿Qué esperáis que el público sienta durante la actuación?
Sí, la verdad es que trabajamos todas esas partes: la música, la sensibilidad y, aunque no se suele pensar tanto en esto, también la escena. Todo forma parte de nuestro espectáculo y, todo junto, lo hace único. Esperamos que el público disfrute mucho de la experiencia en vivo.
