Con una trayectoria de casi cuarenta años en la Hermandad del Cristo de la Buena Muerte, el hermano mayor, José Barber comparte su profunda conexión con la Semana Santa y nos cuenta cómo evoluciona la hermandad y los elementos más especiales de esta.
- Su historia dentro de la Semana Santa viene desde hace unos cuantos años.
Yo empecé a ser cofrade en el Paso de la Buena Muerte hace cerca de cuarenta años. Es decir, vivo en el barrio junto a la iglesia, pertenezco a la parroquia de la iglesia de Cristo Rey. Y bueno, desde entonces soy parte del Paso de la Buena Muerte.
Empecé como cofrade hace tantos años y luego fui participando en diferentes trabajos, ayudando con las andas, las procesiones. Al final, incluso fui jefe de procesiones. Con los años fui creciendo y aprendiendo más sobre los trabajos que hay que realizar en la hermandad. Y hasta que finalmente decidí presentarme como candidato a hermano mayor, y así fue como asumí ese cargo, dedicando toda una vida a la Semana Santa en el Paso de la Buena Muerte.
- ¿Y por qué decidió dar ese paso de ser hermano mayor?
Pues porque me gusta. Me gustó mucho el trabajo y el esfuerzo que realizamos en la hermandad. Vi la labor de los anteriores hermanos mayores y sentí que también quería contribuir y crear nuevas iniciativas. Después de tantos años dedicados a la hermandad, sentí que era el momento adecuado para asumir ese rol y seguir trabajando por nuestra tradición.
Este es el tercer año como hermano mayor de la hermandad. Tenemos un mandato de tres años, así que estamos en la mitad de este periodo. Pero, como te comentaba, estoy abierto a la posibilidad de presentarme para un segundo mandato y seguir consolidando el trabajo que hemos realizado hasta ahora.
- ¿Cuáles son las novedades que ha introducido en la hermandad durante su mandato?
Durante estos dos años hemos introducido algunas novedades interesantes. Por ejemplo, en el Jueves Santo decidimos hacer un acto más solemne e emotivo. Apagamos todas las luces de la plaza y tocamos la música con un cañón iluminado. También integramos el coro de la banda del Real, lo que añadió un toque especial a la procesión.
Además, iniciamos un certamen de fotografía, siendo la única hermandad en hacerlo. También establecimos una colaboración con otra hermandad durante la procesión del Jueves Santo, lo que añadió un momento muy emotivo y significativo.
- ¿Y para los próximos años tienen proyectos nuevos en mente?
Por ahora mi enfoque está en consolidar y perfeccionar las iniciativas que hemos implementado hasta ahora. Estoy abierto a nuevas ideas, pero también es importante dar tiempo para que las cosas se desarrollen adecuadamente. Queremos seguir trabajando en el certamen de fotografía y en otras actividades que promuevan la participación de los cofrades y mantengan viva nuestra tradición.
- Y con respecto a las ideas que presentí como hermano mayor, ¿diría que ha cumplido todo o le ha quedado algo pendiente?
No, siempre hay algo pendiente aquí. Siempre hay margen para mejorar, porque atraer nuevos cofrades hoy en día es bastante difícil. Entonces, siempre tienes que estar creando dentro de la Semana Santa, trabajando para motivar a crear cosas nuevas.
Ha habido cada vez menos personas participando, pero creo que eso pasa en todas las hermandades. No es algo sencillo. La vida ha cambiado mucho, y por eso siempre tienes que estar innovando y haciendo cosas nuevas para motivar a la gente, especialmente a los jóvenes.
- ¿Hacen alguna actividad diferente el resto del año para incentivar un poco el aumento de cofrades?
Sí, claro. Por ejemplo, en Navidad organizamos una cena de la fundación de la Hermandad. Luego, el Domingo de Ramos, hacemos una paella para todos los cofrades. Procuramos mantener a los cofrades activos, organizando eventos a lo largo del año, no solo durante la Semana Santa. Queremos que nos reunamos y que podamos intercambiar opiniones en un ambiente agradable. Creo que eso es lo que la gente quiere y lo que les motiva.
- Y como hermano mayor, ¿qué destacaría de su hermandad?
Destacaría la ilusión, la pasión que siempre he sentido por la imagen del Cristo, la motivación que despierta en la gente, en los cofrades. Es muy emocionante. Cada hermandad tiene la suya, pero yo he estado dedicado a nuestra imagen durante cuarenta años, durante toda la Semana Santa.
- ¿Qué acto o procesión de la hermandad es imprescindible no perderse?
El que más me gusta es cuando bajamos al Cristo del altar mayor. Es muy bonito y emocionante. Después de tantos años dedicado a ello, ver cómo se lleva a cabo con solemnidad y emoción es algo que siempre me impacta. Además, colaboramos con otras hermandades, tenemos reuniones para intercambiar ideas y ayudarnos mutuamente para que todo salga lo mejor posible.
- Y para finalizar, ¿qué le aporta personalmente la Semana Santa?
Pues me aporta mucha emoción, tranquilidad y paz interior. Los diez días que dedico al año son para mí una experiencia muy especial, llena de emoción y paz. Es un momento para desconectar del trabajo y concentrarme en lo que realmente importa para mí, la Semana Santa.