La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia ha archivado el ‘caso de los despachos’ al considerar que no hubo indicios de criminalidad en las actuaciones de la alcaldesa de Gandia, Diana Morant, al principio de la legislatura. El auto es firme, por lo que ya no cabe la interposición de ningún recurso.
Diana Morant subraya que «no sólo ha quedado probado que la querella del PP era un montaje que pretendía desprestigiarme» sino que la Justicia «ha llegado a afirmar que lo que hice fue correcto dadas las circunstancias». La primer edil lamenta el tiempo perdido por culpa de los anteriores gobernantes: «El tiempo pone a todo el mundo en su sitio y ahora, una vez más, se ha demostrado que yo no soy como ellos. Yo he venido a la política a mejorar la vida de nuestros vecinos y, con mi equipo de gobierno, no sólo estamos devolviendo la reputación económica y moral de este ayuntamiento que el PP ensució y arruinó, sino que, con honestidad, sensatez, transparencia y sentido común, estamos haciendo de Gandia una ciudad responsable y sería».
«La nueva Corporación y sus responsables procedieron de manera cautelar y provisional para evitar alteraciones de documentación de la empresa pública. Se trata de una medida que en ningún caso se puede tachar de arbitraria. Por el contrario, es una actuación prudente si se pretende asumir la nueva responsabilidad sin cargas desconocidas para su eventual ilegalidad o irregularidad», señala el auto.
La Justicia, con esta nueva resolución que se ha notificado hoy, da la razón por tercera vez a la alcaldesa y avala una vez más las decisiones tomadas por el gobierno municipal días después de la investidura, cuando la máxima autoridad municipal dio la orden de cerrar despachos para proteger información de una empresa pública «que el PP saqueó, y de lo que no quería que la ciudadanía se enterara».
«Queríamos salvaguardar todos los documentos y expedientes, y la información que había en ordenadores, que delataba el entramado de gran parte del daño económico que el PP había ocasionado en cuatro años; y, gracias a esa salvaguarda de la documentación, estamos enterándonos de todos sus ‘pufos’, que ellos no querían que conociéramos», asegura Morant.