Devoción, paz, serenidad, alegría, amor… Estos son algunos de los sentimientos que transmite la Virgen de la Esperanza de la Hermandad del Santo Sepulcro a sus devotos. Es por ello que, este domingo 7 de julio, cientos de personas querrán estar presentes en la, afirman, «merecida» Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza. Una acto único, la primera coronación de una Virgen que no es patrona de la ciudad, y que se le da por esa importancia y devoción que tiene en Gandia.
Sentimientos que van más allá de las palabras. Y es que, para que esta imagen despierte todas estas sensaciones en aquellos que la ven, muchas personas se han encargado de crearla, arreglarla y venerarla. Como Ana Micó, quien desde el año 1991 se encarga, junto con la Camarera de la Hermandad, de vestir a la Virgen de la Esperanza para cada acto o procesión.
Micó asegura que «no puedo explicar con palabras lo que yo siento por la Virgen de la Esperanza y lo que supone para mí su coronación canónica». Para este momento, han invertido varias horas en arreglarla: «La Virgen es de cuerpo entero, por lo que lleva mucho ropaje. Ahora, para la coronación, hemos arreglado con esmero cada detalle, ya que va a estar a la altura de nuestros ojos», afirma.
Un «proceso muy bonito» como dice Ana Micó, que comparte la actual camarera de la Hermandad -y también portadora de la Virgen-, Sara Agudo, pues para ella es un privilegio «vivir la coronación de la Virgen de la Esperanza siendo la camarera». Y no solo eso, un gran privilegio será «llevar sobre mis hombros a la primera y de momento única Virgen Coronada de la Semana Santa de Gandia, será muy emocionante la primera vez que procesionemos con ella por las calles de nuestra ciudad».
La historia de la Virgen de la Esperanza se remonta al año 1990, cuando el escultor José Rausell -que cuenta con el escudo de oro de Gandia- esculpió esta imagen. A su taller de Meliana, asegura, «vino mucha gente de la Hermandad, yo realicé los bocetos, pensé bien la imagen, y resultó gustarle a todos».
«Muchas personas me dijeron si me inspiré un poco en mi mujer para hacerle la cara, y puede ser» comenta con voz alegre Rausell. Y es que la Virgen de la Esperanza cuenta con una «cara que estarías todo el día mirándola» como asegura el escultor, y «unos ojos tan bonitos que tienes la sensación de que te siguen, tiene una dulzura en la mirada» como apunta Micó.
Para esta ocasión especial, la Hermandad ha contactado con el equipo de Piró Orfebres para realizar su nueva corona. Pablo Piró afirma que «el encargo llegó porque hace 7 u 8 años me encargaron la aureola de la imagen, porque la hermandad quería embellecer la imagen. Ahora le hemos hecho la corona a juego con esa aureola». Se trata, sin duda, de un complemento especial realizado «en latón repujado con baño de plata y ligeramente envejecido. Los únicos detalles de latón con baño de oro es el escudo de la ciudad, el emblema de la hermandad, el emblema de la capilla del Beato Andrés Hibernón y un anagrama de María» afirma Picó.
Sin duda, y como nos confirma José Manuel Prieto, alcalde de Gandia, se trata de un evento de relevancia histórica y espiritual: «Una coronación canónica es un acontecimiento importante y transcendente en la celebración litúrgica de la Iglesia y, además, en el caso de la Virgen de la Esperanza, es de las primeras veces que se produce en una Virgen con una vocación que no es el patronato de la ciudad. Es muy relevante, una prueba de la dimensión que ha adquirido la Semana Santa en las últimas décadas, creo que vive un momento de esplendor y plenitud».
El domingo 7 de julio se podrá ver en el Santuario del Beato Andrés Hibernón de Gandia esa «fe y devoción» como la de Sara Agudo por la Virgen; la «calma, paz, tranquilidad… emociones que no sé expresar con palabras» de Ana Micó; o la «ilusión» de José Rausell, que afirma que a sus 96 años «haré un esfuerzo por ir a ver el acto, porque coronarla es lo máximo que pueden hacer con la Virgen».
