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Nefarious

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Nefarious es el título de la nueva película de Chuck Konzelman y Cary Salomon. Estrenada en Estados Unidos el 14 de abril del 2023. Su argumento versa sobre el demonio y está basada en la novela A Nefarious Plot de Steve Deace. No es propiamente una película de terror, aunque quizás todo lo del demonio produzca miedo al espectador, por tratarse de un hecho maligno. 

Al decir que no es una película de terror, es porque quizás estamos acostumbrados a que las películas acerca del demonio o posesiones demoníacas estén envueltas de suspense, sustos y miedo. La mítica película del El Exorcista de William Friedkin o la reciente El Exorcista del Papa de Julius Avery con el intento de narrar un episodio de la vida del sacerdote Gabriel Amorth, han influido en hacernos pensar que cualquier película del demonio tenga que ver con el terror. La espectacularidad de algunos fenómenos y los efectos especiales propios del entretenimiento cinematográfico, nos trasladan a pensar que todo lo que tiene que ver con el demonio es fruto del mundo de la fantasía. Algo que, sin lugar a dudas, al demonio le interesa. Así pasa desapercibido y puede campar a sus anchas entre la humanidad.

No soy para nada un experto en cine, tan sólo tengo los conocimientos básicos adquiridos en dos asignaturas estudiadas durante la licenciatura de Comunicación Institucional en Roma. Tampoco soy un experto en demonología (la ciencia del demonio). Sólo ofrezco mi experiencia cristiana y de sacerdote, así como el refuerzo que aporta el estudio de la Teología. 

Nefarious llega a las pantallas de España el próximo 2 de febrero de este 2024. Tuve la ocasión de verla en inglés junto a compañeros de los Estados Unidos. Me pareció una película fantástica y con un gran mensaje evangelizador. ¿Cómo una película del demonio puede ayudar a la evangelización? El contenido general de la película me recordó el libro de C.S. Lewis titulado Cartas del diablo a su sobrino. Cómo desde el punto de vista del demonio, focalizando el mal, se puede descubrir la grandeza del bien, es decir, la grandeza de Dios.

La existencia del demonio crea la necesidad de afirmar la existencia de Dios. No entenderíamos la figura del ángel caído si no hay un ser superior al que “combatir”. 

Un asesino en serie es condenado a muerte (Edward Wayne Brady) y según las leyes del estado Oklahoma (Estados Unidos), lugar en el que se desarrolla el argumento, este tiene que ser examinado por un psiquiatra (James Martin). El psiquiatra se describe como ateo, pero el condenado le afirma ser el demonio con el nombre de Nefarious. El diálogo que se produce entre ambos va visualizando la grandeza de Dios en la vida humana y cómo el demonio la convierte en tristeza, dolor, muerte y sufrimiento. No es sólo el diálogo entre un enfermo y un psiquiatra, es también el diálogo entre un ser espiritual (el demonio) y un ateo. 

En el discurso – sin la intención de hacer spoiler – va poniendo el foco en diversos temas de gran calado teológico y catequético. El espectador, centrado por la imagen en el rostro de los protagonistas, hace que su atención sea aún mayor en la palabra que se pronuncia, y no en los fenómenos fantásticos o sustos a los que las películas demoniacas nos tienen acostumbrados. En esta película… (no os digo si hay o no, no quiero hacer spoiler).

De la película quizás yo extraje tres conclusiones: El demonio no llega a nuestras vidas de forma inesperada o por un simple hecho concreto. Es un proceso que aumenta nuestra incapacidad para encontrarnos con Dios e incluso llega a ocultar su presencia oscureciendo nuestras vidas. La eutanasia es la gran puerta para acceder al mal bajo el prisma de bien. La diferencia entre el bien y el mal, por la presencia e influencia del diablo, quedan confundidos. El aborto se convierte en una victoria para el mundo del infierno, ya que se visualiza el desecho de una vida humana y la ocupación del hombre en el lugar de Dios. Para ello será clave la influencia social y cultural de la época, altamente ideologizada, que, bajo el prisma de derechos, igualdades o bienestar social, está destruyendo la esencia de la vida del hombre (piénsese, por ejemplo, en la agenda 2030): su capacidad de amar. 

El amor, mis queridos lectores, no es un sentimiento. El amor es cruz, porque es entrega, sacrificio, empatía, lucha contra sí mismo… sino se es creyente quizás sea más difícil entenderlo. Pero la contraposición o encuentro con el mal, quizás haga vislumbrar el camino que Dios nos ha ofrecido para llegar a la Salvación. 

No seré yo el que diga cómo termina la película. Simplemente señalaré que aquellas personas que estén interesadas en profundizar sobre toda la cultura y el diálogo social que nos envuelve vayan a escuchar la versión que “el demonio nos ofrece”. Estoy seguro que uno saldrá con deseos de bien y renunciará a las palabras del demonio.

La interpretación de los actores, especialmente el endemoniado, es lo más real que he visto nunca, y, por supuesto, adaptado a lo que supone una posesión demoníaca y su influencia en la vida del hombre.

Estoy convencido que si un ateo va a ver la película no saldrá como creyente, pero seguro saldrá con interrogantes y ganas de debatir. Estoy también convencido que si el creyente va a verla reforzará o mejorará sus argumentos sobre su fe y su vida en Dios con un deseo profundo de poner el bien contra el mal. Absténgase de este hecho, los que acudan a ella simplemente por el morbo de ver una película de miedo o del demonio, se van a aburrir. O los que quizás ya estén viviendo una vida de “creyente” en el ateísmo y no estén abiertos a encontrarse con algo nuevo y, mejorar o cambiar – según se quiera – su ideario ideológico, es decir, si eres pro movimiento Woke no te la recomiendo. Absténgase también los católicos que se crean puros y santos. Precisamente, el mensaje de Dios no es rígido, sino supone una invitación a la constante conversión en la que descubrimos su amor y su misericordia a través del perdón.

Nefarious, aunque esté basada en una novela y cómo todo cine busque el entretenimiento, es lugar a dudas a día de hoy, la película más cercana a la posesión demoníaca que he visto nunca, y, por supuesto, una ayuda a aquellos que, aunque seamos creyentes en Dios o en su inexistencia, no nos cansamos de pensar y reforzar o bien cambiar nuestra argumentación.

Paco Llorens – Sacerdote

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1 COMENTARIO

  1. Muy acertado tu comentario Paco, la verdad estamos en una época y una sociedad en la que lo moral y etico pasa desapercibido por muchas personas, en dónde la gente no sabe si lo bueno es bueno o si lo malo es malo, en donde se acomodan a las circunstancias y tratan de ocupar el lugar que más les convenga sea cual sea.

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