La Semana Santa de Gandia, con su rica historia y profunda tradición religiosa, ha sido, durante muchos años, un espacio casi exclusivo para los hombres, especialmente en los cargos de mayor responsabilidad. El papel de las mujeres, aunque presente en las procesiones, estaba limitado a la participación pasiva. Sin embargo, en los últimos años, hemos sido testigos de un cambio significativo. Hoy, cinco mujeres lideran hermandades de la ciudad, desafiando roles de género y rompiendo barreras históricas. Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es el momento perfecto para destacar su esfuerzo, compromiso y el impacto de su liderazgo.
De hecho, el cambio hacia una mayor inclusión y reconocimiento de la mujer no es reciente, aunque algunas hermandades de Gandia han nombrado a una mujer Hermana Mayor recientemente, como es el caso de Noelia Penadés, Hermana Mayor de la Hermandad del Santo Sepulcro, quien recuerda con orgullo: “Para mí es un gran honor y una enorme responsabilidad ser la primera mujer en ostentar el cargo de Hermana Mayor en la Hermandad del Santo Sepulcro de Gandia, después de 150 años de historia. Es un momento significativo no solo a nivel personal, sino también para nuestra Hermandad y para la Semana Santa en general, porque demuestra que las tradiciones pueden evolucionar sin perder su esencia.” Para Noelia, este nombramiento es más que un logro individual: “Llevo 33 años formando parte de nuestra Hermandad, y en los últimos años he desempeñado el cargo de Jefa de Procesión. Mi compromiso con nuestra Cofradía y con la Semana Santa siempre ha sido firme, y este nuevo rol me permite seguir aprendiendo y aportando desde otro lugar. La Hermandad del Santo Sepulcro es una parte fundamental de mi vida, un sentimiento que llevo dentro, y poder representarla como Hermana Mayor es un orgullo inmenso.”

Sobre los retos que supone asumir un cargo que históricamente ha sido reservado para los hombres, Noelia reflexiona: “Sé que es un reto, pero lo afronto con entusiasmo y con la seguridad de que, con dedicación y esfuerzo, podré estar a la altura de esta responsabilidad. Es cierto que la figura del Hermano Mayor ha estado tradicionalmente en manos de hombres, pero mi elección es una muestra de que las cosas están cambiando. Afortunadamente, he sentido el apoyo de muchos compañeros y compañeras que han valorado mi trayectoria y mi dedicación y me acompañan en esta vivencia. Espero que este paso sirva para que más mujeres se animen a asumir responsabilidades dentro de nuestras Hermandades y en otros ámbitos donde todavía quedan techos por romper.”
«Ser la primera mujer en ocupar este cargo es un hecho sin precedentes, pero mi nombramiento no se ve como una confrontación con la tradición masculina, sino como una evolución natural de la misma,» comenta Rosa Pascual, Hermana Mayor de la Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores. Para Rosa, asumir este cargo es mucho más que un honor personal: “Representa la culminación de un proceso de inclusión y el reconocimiento de que las mujeres podemos liderar y dirigir nuestras cofradías con la misma pasión y devoción que los hombres,” afirma con convicción. «Me llena de orgullo poder abrir camino para las futuras generaciones de mujeres de nuestra hermandad.»
Cada una de estas mujeres comparte una visión común: la inclusión no es solo una cuestión de ocupar un puesto, sino de aportar una nueva perspectiva enriquecedora a las tradiciones. Rosa Pascual lo expresa con claridad: “Creo firmemente que ser mujer me aporta una perspectiva única y valiosa para desempeñar este cargo. A lo largo de la historia, las mujeres hemos desarrollado cualidades que pueden enriquecer cualquier ámbito, y el liderazgo religioso no es una excepción. Sin embargo, es importante destacar que cada persona es única, independientemente de su género. Lo que realmente importa son las cualidades individuales, la pasión y el compromiso con la hermandad.” Es este enfoque el que subraya la necesidad de seguir trabajando por una mayor participación de las mujeres, no solo en la Semana Santa, sino en todos los ámbitos de la sociedad.
Este momento histórico refleja, sin duda, un cambio de paradigma en el seno de las hermandades de Gandia. En el caso de Carola Gregori, Hermana Mayor de la Hermandad del Cristo de la Buena Muerte, el reto se asume con una responsabilidad que va más allá del género. «Soy la quinta mujer en asumir este cargo en la Hermandad y, para mí, es una oportunidad para abrir puertas y demostrar que la fe no tiene género. Este cargo es una responsabilidad que llevo con orgullo, representando tanto la tradición como el futuro de nuestra Hermandad,” nos comparte. Carola, al igual que las demás, se siente parte de un proceso de cambio más amplio. La presencia de las mujeres en los lugares de liderazgo dentro de las cofradías es, según ella, una forma de contribuir a un futuro más inclusivo.

Àngels Roselló, Hermana Mayor de la Hermandad de la Santa Faz, también resalta la importancia de esta transformación: “En el año 2008 fui elegida Hermana Mayor de la Hermandad de la Santa Faz. Era la primera vez que nuestra Hermandad tenía una mujer al frente. En ese momento éramos ya tres Hermanas Mayores, mujeres que teníamos la responsabilidad de gestionar nuestras Hermandades.” Para Àngels, ser parte de este cambio es un orgullo, pero también una responsabilidad y apunta que «el papel de la mujer en las diferentes Hermandades se ha ido incrementado a lo largo de los años y actualmente, en todas, encontramos que las mujeres forman parte de las Juntas directivas, siendo en algunos casos, mayoría». Sin duda, Àngels asegura: «Creo que en la Semana Santa de Gandia se están dando los pasos adecuados en favor de lograr la igualdad entre hombres y mujeres».
Paula Beltrán, Hermana Mayor de la Hermandad de la Santísima Cruz, también ve su cargo como parte de una evolución natural. Para ella, asumir este cargo es un honor que lleva con gran responsabilidad, pues su familia ha estado ligada a la hermandad durante generaciones. “Desde mi bisabuelo hasta mi padre, que fue presidente durante cuatro años, siempre ha habido un fuerte compromiso en mi familia con nuestra hermandad. Mi madre ha sido camarera de la hermandad durante 35 años. Para mí, ser la primera presidenta mujer de la Asociación de la Santísima Cruz de Gandia, antes Asociación de Caballeros de la Santísima Cruz, es todo un orgullo que me llena de satisfacción.” Beltrán asegura que “nuestra hermandad ha estado siempre compuesta por hombres, exalumnos de los Padres Escolapios, pero la mujer siempre ha estado ahí, ayudando e involucrada al máximo, aunque en segundo plano». Ahora, sin embargo, el panorama ha cambiado y en su hermandad ya hay más mujeres que hombres, incluso en la directiva. Incluso en 2024 fueron ganadores del premio PASOS por su enfoque en la igualdad de género, con una integración completa de mujeres y hombres en todas sus funciones y actividades
El liderazgo femenino en la Semana Santa no solo aporta una nueva perspectiva, sino que también refuerza la idea de comunidad dentro de las hermandades. Paula lo ve claro: “Cuando miro hacia atrás al salir de cofrade y veo esa marea de capas blancas ondeando al viento, pienso que todo vale la pena. Este año las veré desde otro punto de vista, pero como una más, porque somos un gran equipo de hombres y mujeres que remamos en la misma dirección.”
Este 8 de marzo, las hermanas mayores de Gandia no solo están al frente de sus hermandades, sino también liderando un cambio social que va mucho más allá de la Semana Santa. Con su dedicación, estas mujeres están demostrando que la fe, el compromiso y el liderazgo no tienen género. La historia de la Semana Santa de Gandia está cambiando gracias a ellas, y su ejemplo servirá como inspiración para las generaciones futuras. Su esfuerzo, reflejo de la lucha por la igualdad, nos recuerda que, con pasión y dedicación, las mujeres pueden ocupar cualquier espacio, incluso aquellos en los que históricamente no se nos había permitido participar.