El pasado viernes 14 de julio finalizó la 40 Universitat d’Estiu de Gandia que bajo el lema “40 años de eficacia social universitaria” tuvo lugar en la ciudad con una completa programación que incluía 12 cursos y una serie de actividades abiertas.
Joan del Alcàzar, director académico del Centro Internacional de Gandia, ha realizado balance de la edición. Por lo que respecta a la oferta académica, del Alcàzar considera que “podemos estar más que satisfechos. Los asistentes han superado las trescientas personas, lo cual da una idea de la calidad de las temáticas tratadas y la de los ponentes encargados y encargadas de desarrollarlas”.
Por primera vez, la UEG certificaba la asistencia con microcredenciales, “una innovación que puede ser no ha contado con la atención que merece –reconoce- pero que ha puesto Gandia en la vanguardia académica más actual”. Por lo que respecta al perfil de asistentes en los cursos este ha sido amplio y variado, junto a los estudiantes de tipo convencional, hay que destacar al alumnado Nau Gran del Centro de Gandia, así como a un numeroso contingente procedente del CEFIRE de Gandia. Aquellos cursos con más éxito han sido los dedicados a la Inteligencia Artificial, la Postmemoria o la Astrobiología.
En cuanto a las actividades abiertas, tanto los debates y las conferencias de la tarde como las actividades nocturnas han tenido un gran éxito de crítica y público por lo cual “nos felicitamos por la programación hecha y agradecemos la ciudadanía que, prácticamente, haya llenado diariamente el Salón de Actas y el propio Jardín”, manifiesta el director académico del CIG-UV.
Una vez finalizada la edición 40 de la UEG, Joan del Alcàzar considera que el balance final tiene que incluir “una necesidad inaplazable de repensar el modelo vigente: son tantos y tan profundos los cambios que se ha producido en la sociedad, en la universidad; las modificaciones que se han introducido en el comportamiento estudiantil, las difíciles compatibilidades con el nuevo calendario académico, la aparición de nuevas necesidades formativas y de los nuevos canales para adquirirlas, la influencia de las redes de socialización de la juventud, el incremento de las alternativas culturales incluyendo las lúdicas, etc., etc., que nuestro modelo tiene que ser analizado y reformado en sintonía con todas esas novedades”.